La Provincia - Diario de Las Palmas

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reflexión

Dominio emocional

Saber pensar es una habilidad. Y muy importante. En la actualidad, es más que sabido que la calidad de los pensamientos es determinante para la de la propia vida. Y si tenemos en cuenta que después de un pensamiento llega la emoción, podríamos decir que la calidad de vida de una persona está determinada por la calidad de sus emociones. De hecho, existen personas más felices, con una vida bastante equilibrada y armoniosa. Todas ellas han tenido fracasos, frustraciones y desengaños. Pero han sabido torear con desenvoltura y sentido del humor esos reveses de la vida. ¿Y qué es lo que les permite mantener un estado semejante? Pues bien, en la actualidad, se habla mucho del "coeficiente emocional", que está basado en la aptitud para identificar, regular y razonar sobre las propias emociones y las de los demás. Por eso, en primer lugar lo que tenemos que hacer es no tratar de evitar las dolorosas, al contrario, las tenemos que utilizar para aprender de ellas. De ahí que sea muy importante: 1) Identificar lo que se siente. Al hacerlo, va a disminuir la intensidad, lo cual facilita aprender de esa emoción y afrontar la situación con mayor facilidad y rapidez. 2) Apreciar esa emoción. Agradecer el hecho de que hay una parte del cerebro que nos envía una señal de apoyo, una llamada a la acción para efectuar un cambio, ya sea en la percepción de algún aspecto de la vida o en las acciones. Todas y cada una de las emociones están ahí para ayudarnos a efectuar un cambio positivo. Conviene saber que aquello a lo que nos resistimos tenderá a persistir. 3) Tener curiosidad por el mensaje que nos ofrece esa emoción, lo que nos ayudará a solucionar el desafío y evitar que el mismo problema vuelva a surgir en el futuro. 4) Obtener autoconfianza. Confiar en que se puede manejar esa emoción inmediatamente. La forma más rápida y poderosa es recordar algún otro momento en que se haya experimentado una emoción similar y darse cuenta de que entonces fue posible manejarla con éxito. La verdad es que -y en este punto creo que todos estarán de acuerdo conmigo- es preferible vivir la vida con ilusión, confianza, entusiasmo. Eso sí, permitiendo que la angustia, desesperación y frustración sean visitantes pasajeros que nos sirven tan sólo para aprender sus mensajes y reconocer que ése no es el camino apropiado.

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