Un atento lector que se encuentra en la unidad de cardiología del Hospital Negrín informa de que a su lado hay como diez camas vacías sin pacientes, en la planta quinta del sector B. En cambio, dice él, el colapso de las urgencias se mantiene con enfermos en los pasillos y fuera de los boxes. No entiende nada. Y le duele el corazón.