La Provincia - Diario de Las Palmas

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ENTRE LÍNEAS

El Cervantes y su viejo carro de la compra

Ese señor mayor, vestido con un traje negro raído, zapatillas, que siempre va con su carro de la compra". Así es conocido por el barrio de la Prosperidad-Ciudad Jardín el escritor Rafael Sánchez Ferlosio. Su viejo traje, su carro (¿cargado de libros?), su andar inclinado, su sombrero para la lluvia y su cara seria, mal afeitado, quizá triste y aparentemente malhumorado, son muy conocidos en la zona madrileña entre el Auditorio Nacional y la larga y comercial calle de López de Hoyos, quien fue maestro de Cervantes. Ese anciano con pinta de pordiosero, apariencia huraña, voz aflautada, quien dijo de sí mismo que "ladra pero no muerde" y cuya biografía, con más de 600 páginas, está a punto de publicarse, ostenta los premios Cervantes 2004, Nacional de las Letras 2009, Nadal 1955, y cumple ahora 90 años. En una imprenta cercana a su casa, donde tienen libros "de viejo", encontré un día una edición de bolsillo de El Jarama. El dueño del establecimiento me miró y dijo: "Dos euros". ¿Conoce usted al autor?, pregunté mientras pagaba. "Pues no. Me trajeron el libro hace tiempo y lo puse con los demás. Nadie me comentó nada desde entonces", respondió. Cuando salía le dije que el autor vivía en el barrio y pasaba casi todos los días por delante de su negocio. En el viejo mercado de "la Prospe" pocos tenderos conocían su prestigio, solamente los "históricos". Los estudiantes en los años sesenta del pasado siglo en la Universidad Complutense o en la Escuela Oficial de Periodismo sí conocíamos a Ferlosio.

El profesor Manuel Criado de Val, filólogo, director de escena, que fue decano de Letras y Jefe de la Sección de Estudios de la Universidad Nacional a Distancia (UNED), Jefe de la Sección de Estudios Gramaticales del Instituto Cervantes y director de la Escuela de Investigación Lingüística de Madrid, entre otros muchos destinos, nos hizo estudiar El Jarama palabra por palabra, hasta la última coma. Lo malo es que no solamente lo leímos sino que llegamos a aborrecerlo. Y la novela le dio a Ferlosio una de sus primeras definiciones. Plasmó en ella una jornada dominical, en la posguerra, de un grupo de amigos en las orillas del río que riega la vega madrileña con un gran realismo. Una autenticidad que mostraba las miserias de la primaria España de Franco, de la autarquía. Recibió el premio Nadal en 1955 y el de la Crítica dos años después y fue objeto de estudio por sus diálogos y descripciones lineales. Claro que el bueno de Criado de Val nos estropeó el relato en la búsqueda de adjetivos, pronombres, adverbios y diversas figuras literarias. Rafael Sánchez Ferlosio era hijo de uno de los ideólogos de Falange, Rafael Sánchez Mazas, quien fuera corresponsal de Abc en Roma, donde nació el escritor. Pero su obra tiene poco que ver con el pensamiento de su padre.

El joven Ferlosio estuvo casado con Carmen Martín Gaite, con la que compartió una poética realista -inspirada en el neorrealismo italiano- junto a Jesús Fernández Santos, Ignacio Aldecoa, Alfonso Sastre, fundadores de Revista Española, y fue miembro del Círculo Lingüístico de Madrid junto a Agustín García Calvo, Carlos Piera o Isabel Llácer. Aunque su primera novela fue Industrias y andanzas de Alfanhuí, que podría ser considerada como el primer relato español del llamado realismo mágico. Tras alguna otra obra de relatos pasó largo tiempo escribiendo artículos periodísticos y ensayos, usando la reflexión crítica con un personal análisis erudito sobre las técnicas y los recursos narrativos. Publicó tres decenas de obras o agrupación de ensayos. En 2008 publicó God & Gun. Apuntes de polemología (2008), un conjunto de reflexiones sobre la historia, la guerra, la religión, el derecho y el fanatismo. Su última obra publicada ha sido Campo de retamas, en 2015, año en que recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Ferlosio apenas pasea ya su carrito de la compra por la contestataria "Prospe", uno de los últimos reductos industriales del centro de Madrid, entorno en el que viven o vivían artistas como Gabriel Celaya y Amparitxu, Javier Krahe, Imanol Uribe, Manolo Pilares, María Ostiz, Josele Román, El Gran Wyoming, Miguel Ríos, Ana Belén y Víctor Manuel, el magistrado Martín Pallín?

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