Canarias, con voz y voto

En primer lugar, la muy necesaria puesta en marcha de un debate sobre Canarias y la cuestión comúnmente denominada "territorial". Pareciera a menudo que es una cuestión en la que sólo debieran participar catalanes, castellanos, vascos y, a lo sumo, andaluces, cuando, como en el fondo de lo que se trata es de la calidad y alcance de nuestra democracia, los canarios no podemos dejar de ser parte de dicho debate. Tampoco puede ser un debate de minorías, al que sólo estén invitados los políticos profesionales y las organizaciones empresariales. Debemos ser conscientes de la vital pluralidad y gran alcance que deben caracterizar a este proceso si no queremos que amplias capas de nuestra sociedad queden nuevamente al margen, como ya ocurriera en el pasado. La legitimidad del nuevo pacto debe asentarse sobre bases más sólidas que las conocidas hasta ahora.

En segundo lugar, se promueve tomar el consenso generado en torno al proyecto de reforma estatutaria actualmente en Cortes como punto de partida y no de llegada de cara a los insoslayables debates sobre la Reforma de la agonizante Constitución del 78. Vivimos el final de una etapa. Negar lo evidente no contribuirá a prolongar la vida de la misma. No viene de más recordar que las agonías suelen ser lentas y dolorosas. Ahorrémonos la angustia. En Canarias, si bien cabe criticar los niveles de participación y aportación colectiva en el origen del proceso de nuestra reforma estatutaria, no parece razonable despreciar aquellos elementos positivos del resultado, sin dejar de constatar que habrá que vehicular de alguna forma la incorporación de aquellas sensibilidades políticas y sociales que al inicio de dicho proceso, en 2016, ni siquiera existían. La iniciativa CCVV no es por tanto una iniciativa en contra de la reforma estatutaria que se discute en estas semanas, sino a favor de su superación en positivo y con perspectiva incluyente.

Finalmente, aprovechando uno de los elementos de mucho interés que se incluyen en el texto de la reforma de 2016, la iniciativa CCVV busca situar un referéndum vinculante como mecanismo final de aprobación o rechazo de la fórmula finalmente elegida para articular la relación entre Canarias y el Estado español. Otras comunidades (Andalucía, Galicia, País Vasco y Cataluña) lo contemplan y lo han realizado sin que ello haya supuesto ningún cataclismo. No son pocos quienes reconocen que tal posibilidad se sustrajo a Canarias en un contexto histórico bien distinto al actual por razones de cálculo y miedo político. Es hora de solventar aquel desatino, que lastra irremediablemente la calidad de la democracia y los estatutos que luego vinieron.

Como se puede ver, son objetivos que no remiten a ninguna ideología ni opción política en concreto. No están destinados al autoconsumo de quienes no quieren salir de su zona de confort sino, antes bien, a valores que consideramos como positivos para nuestra sociedad, cualquier sociedad: la participación, el consenso y la voluntad democrática. Sin estos tres pilares, que se concretan en los tres objetivos de la iniciativa CCVV, nuestra democracia seguirá siendo frágil, nuestro autogobierno, otorgado. La transversalidad que desde el mismo arranque de la iniciativa se va pudiendo apreciar en las firmas del Manifiesto (socialdemócratas, liberales, nacionalistas, federalistas, autonomistas, apolíticos,?) apunta a la constitución de una voluntad mayoritaria en torno a dichos objetivos y que algunos no van a poder ignorar permanentemente, como no pueden ignorar la exigencia popular y democrática de contar con una Ley Electoral justa para Canarias, la otra gran demanda en discusión. Ambas iniciativas son imprescindibles para poder sentirnos orgullosos de la calidad de la democracia canaria y clausurar este periodo de luces y sombras.

El Manifiesto Canarias, con voz y voto se puede leer en la web www.canariasconvozyvoto.org

José Miguel Martín. Presidente de la Fundación Canaria Tamaimos