La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

en canal

Deshonestidad brutal

Disculpadme, pero dudo si Julio Ariza, dueño de Intereconomía, es un oligofrénico. Sí: se puede decir una barbaridad de alguien que ni está presente para defenderse si se incluye un "disculpadme" que sirve de talismán.

Después de escuchar al presentador de El gato al agua en Intereconomía, Gonzalo Bans, dudo si -perdonad, pero es así- está en sus cabales o está como una puta chota. En efecto, también "perdonad" sirve de amuleto para insultar gratis. Cristina Seguí ejerce de analista política en El gato al agua, pero, disculpadme, dudo si es una desgraciada, una cerda, una asquerosa o, perdonad pero es así, una faltosa. En buena lógica, la protección es doble si usas ambas fórmulas mágicas.

Disculpadme, pero respecto al resto de los analistas de El gato al agua, junto con los telespectadores habituales de la cadena, y Ariza y Bans y la propia Seguí, perdonad pero es así, dudo si son viles o serviles, cobardes o pusilánimes, malvados o sinvergüenzas, indignos o miserables. Ninguno se quejó, ni corrigió, ni llamó al orden, ni se retractó, ni pidió perdón, ni envió un mensaje de disconformidad a ese teléfono recaudador que Intereconomía pone a disposición de su público que tan bien azuza para que ladre. A ninguno le pareció mal que el otro día Seguí dijera esto en El gato al agua tras oír una intervención en el Parlamento Catalán del diputado independentista Ernest Maragall (hermano del expresidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, enfermo de alzhéimer desde hace once años): "Este señor, que, disculpadme, pero después de escucharle yo dudo entre quién tiene la grave enfermedad en su familia -y perdonad, pero es así-, ha hecho referencia otra vez a la ilegitimidad de las elecciones del 21 de diciembre".

Belén Esteban enseña en Telecinco que puedes ser un maleducado interrumpiendo a los demás si repites tanto "Oye, perdona, perdona" que no dejas hablar. Seguí enseña algo mejor en Intereconomía. Ni siquiera debes pedir perdón a quien insultas, que está ausente; basta con disculparte ante los presentes por tu deshonestidad brutal.

Compartir el artículo

stats