La violencia de género no constituye una novedad intrínseca a la era digital que nos ha tocado vivir: los Weinstein han existido desde tiempos inmemoriales; sin embargo, su visibilización mediante denuncias ante los medios de comunicación se debe al impecable trabajo llevado a cabo por las feministas. Los aficionados al cine recordarán películas como Los pájaros o Marnie la ladrona, dirigidas por el mago del suspense Alfred Hitchcock; sin embargo, apenas se ha hablado de la violencia tanto psicológica como física que el cineasta empleara contra su actriz -él la descubrió y la convirtió en la nueva Grace Kelly de la época-; en consecuencia, consideraba a Tippi Hedren como su propiedad privada. El hecho de que la violencia de género no estuviera tipificada en los años 60 como delito en el código penal no es aquí relevante; relevante aquí es el hecho de que las actrices de Hollywood (y las de Berlín, París, Roma o Madrid) han tenido que tragar inmundicias de todas las texturas con el objeto de poder trabajar en su profesión. Resulta significativo que, en relación con Tippi Hedren, su negativa a someterse a las guarradas de Hitchcock la condujera a la rescisión del contrato por siete años que había firmado con el director inglés, y también al desempleo como actriz de primera fila. A partir de estos sucesos, de los que todo el mundo relacionado con la industria del cine era consciente pero que nadie se atrevía a denunciar públicamente, Tippi Hedren quedó relegada a series de televisión de poca monta o películas de escasa importancia, ya que su poderoso pigmalión se vengó arruinando su prometedora carrera cinematográfica: a petición de Hitchcock Tippi Hedren quedó vetada por todos los estudios de la industria del cine en Hollywood. En efecto, los Weinstein han existido desde tiempos bíblicos, ya que el patriarcado, una estructura social injusta y reaccionaria, siempre ha dado cobijo a delitos machistas que, históricamente, se han considerado derechos y prerrogativas del hombre porque, según la sociedad patriarcal, el hombre es superior a la mujer. En una reciente entrevista, la actriz Melanie Griffith, hija de Tippi Hedren, le dijo a un periodista, refiriéndose al mago del suspense "...era un hijo de puta, y me puedes citar literalmente".