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Javier Durán

RESETEANDO

Javier Durán

Disparo en Podemos

Una pifia de un usuario con un mensaje por Telegram puede ser tan dramática como el disparo a quemarropa de un wasap a una persona equivocada, que ante la certeza acaba por borrarte de su agenda por salud psicológica. Habría que estudiar detenidamente cuántos negocios, amistades, parejas o apareamientos se rompen al día en el mundo por culpa de estas distorsiones. Haría falta un cementerio de rupturas para dar cobijo a tanto esqueleto tecnológico. También ocurre, cómo no, con la política. Carolina Bescansa, cofundadora de Podemos, acaba de desvelar a través de su messenger de Telegram que ella y Errejón se intercambian cromos de cara a las listas electorales, relegando a Pablo Iglesias a galeras en pos de una mayor democracia interna (vuelta a los círculos). Los supuestos conspiradores niegan que exista tal contubernio, ni que haya firma alguna con respecto a lo plasmado en dicho documento. El responsable de estrategia de los morados desconoce el pacto que pretende cepillarse al líder, mientras que la que mayores sospechas acumula como perpetradora del pliego echa la culpa a un error: es decir, fue el subconciente de dos críticos con el centralismo de Iglesias el que redactó un prolijo escrito, cuya función era estar predestinado a ser un simple guion de algo por lo que se suspira pero que no puede ser, y luego dejarlo junto al revistero del baño para otra ocasión. Son cosas que pasan con la inmediatez de los móviles, catástrofes con las que no hay vuelta atrás. Imposible interceptar al mensajero a medio camino y robarle el plan de la conspiración antes de que llegue a su destinatario. Siendo un error de Bescansa, quizás la misión por Telegram obtenga el beneficio de hacerle saber a Iglesias cómo está Podemos, la lucha que se avecina y la necesidad de que él se retire a casa a esperar la cigüeña con su amada Irene Montero, también camarada.

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