Un cielo azul plagado de relucientes estrellas iba conformándose sobre La Agüera. Los que allí residíamos disfrutábamos, con normalidad, de ese espectáculo nocturno. Pero esa noche, la del 20 de julio de 1969, sería distinta: el Apollo XI se posaría sobre la Luna, después de cuatro días de viaje, y en la madrugada del domingo 21 serían las pisadas de los astronautas Armstrong y Aldrin los que dejarían las primeras huellas humanas sobre nuestro particular satélite del que tanto se habla y se observa. Me encontraba en el jardincillo de entrada de mi casa observando la Cruz del Sur mientras esperaba a unos amigos, un ingeniero que trabajaba en Port Etienne, al delegado del Instituto Social de la Marina de la zona y al director del Banco Exterior de España de la localidad y a sus respectivas esposas. Sería una noche especial: asistiríamos, a través de la radio, al hecho más extraordinario del siglo XX y según los expertos al más trascendental de la historia de la Humanidad, salvo los que creen que fue el descubrimiento de América por las repercusiones sociales que ha tenido. Entrada la noche llegaron los contertulios.

El módulo Eagle ya había llegado a la superficie lunar sobre las 20.00 horas; mientras, el Columbia o módulo de mando, que dirigía Michael Collins, esperaría en órbita lunar la finalización de la misión en la Luna. De modo que nuestro interés se concentraba en la apertura de la puerta del módulo lunar para "sentir" los primeros pasos sobre Catalina que refulgía, siempre alegre y cercana, sobre La Agüera. No sería hasta casi las tres de la madrugada cuando Neil A. Armstrong descendería del módulo y caminara a saltitos sobre la desconocida superficie, después lo hizo Edwin E. Aldrin? El ambiente del salón era tenso, expectante, estábamos emocionados y cada uno de nosotros deseábamos recordar esos momentos de manera especial. Descorchamos una botella de champán, brindamos y, muy trascendentales, nos preguntábamos hasta dónde el hombre podía llegar. En muchas ocasiones recuerdo aquel instante de la primera pisada del hombre en la Luna y esos momentos me llegaron otra vez, agradablemente, a finales de agosto del pasado año, con la lectura de una pequeña crónica, publicada en LA PROVINCIA/DLP, del periodista y experto en turismo Michel Jorge Millares, sobre la conmemoración de este hecho que se llevará a cabo el próximo año.

Las Jornadas

Como es sabido, bienalmente, la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, celebra las denominadas Jornadas Aeronáuticas de Gran Canaria (a partir de este año cambiamos su denominación por aeroespaciales), en años pares, correspondiendo a este las IX Jornadas (hasta el 15 de mayo). Participan este año, el Centro Espacial de Canarias; el Mando Aéreo de Canarias, como viene siendo habitual, el director general de Enaire y el experto en turismo y periodista, el citado don Michel Jorge Millares, que nos habló ayer del espacio y de su idea sobre resaltar ese cincuentenario de la llegada del hombre a la Luna, impulsando una serie de actos en recuerdo de aquella gesta y de dejar constancia, en Maspalomas, a través de un museo o centro de interpretación, de aquel extraordinario acontecimiento.

Este año, pues, de Jornadas Aeroespaciales, se está dando especial relieve al Centro Espacial de Canarias, nuestro principal protagonista en todos estos sucesos espaciales y, de alguna manera, le rendimos homenaje, reconociendo su constante trabajo y laboriosidad. Indudablemente, la Real Sociedad Económica, impulsora que ha sido y es de tantas actividades relacionadas con nuestra Aeronáutica, se ofrece a colaborar en los actos que se desarrollarán el próximo año con motivo de este Cincuentenario de la llegada del hombre a la Luna, actos que organizarán el Municipio de San Bartolomé de Tirajana y el propio Centro Espacial.

Historia

En este sentido, queremos reflejar la historia de este prestigioso e importante Centro que los grancanarios y toda Canarias tenemos en Maspalomas. Su historia es amplia y, ciertamente, de gran importancia, si tenemos en cuenta, sobre todo en su última fase, los miles de rescates que sus anales contabilizan cada año. Esta crónica, aunque muy resumida, refleja el camino recorrido por este Centro por el que han pasado hombres y mujeres que han sabido dejar un trabajo riguroso, bien hecho, trascendental en muchas ocasiones, en beneficio de la Humanidad.

Esta historia se inicia en 1960, cuando el Instituto Nacional de Técnica Aeronáutica (INTA), dependiente del Ejército del Aire, acuerda con la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA), crear en Gran Canaria una estación de apoyo a los vuelos espaciales. El Instituto cambia la expresión aeronáutica por la de aeroespacial.

Se eligen terrenos de Las Meloneras, en el sur grancanario, en el lugar donde hoy se ubica el Auditorio de Maspalomas, para construir, en 1960, unas primeras instalaciones que albergarían la administración, servicios y oficinas y los primeros equipos de control. Nace la Estación Espacial de Maspalomas que, muy pronto, en 1963, necesitaría ser ampliada. La estación de Canarias (Canary Station, así la denominaba la NASA), requiere nuevos equipos y una mayor superficie a fin de llevar a cabo el seguimiento del proyecto Apollo, cuyo fin era la Luna. Montaña Blanca es el lugar elegido y, tras la finalización de las nuevas construcciones, en 1967, se realiza el traslado.

Canarias, consolidada su incorporación a la red de seguimiento espacial de la NASA, participa de los programas: Apollo, Mercury y Gemini. Asimismo, en el proyecto Skylab (estación tripulada que estudia la ingravidez).

En 1975, la NASA procedió al cierre de gran parte de su red de seguimiento espacial. La estación de Maspalomas se desactivó y pasó a depender del INTA, órgano público dependiente del Ministerio de Defensa. Cuatro años permaneció cerrada la estación hasta que, en 1979, la Comisión Nacional de Investigación del Espacio y el INTA, a tenor de los acuerdos con la Agencia Europea del Espacio (ESA), deciden la activación de la estación que se integra en la red de observación de la Tierra. A partir de este momento, la estación de Maspalomas se nutre con nuevos y modernos equipos, incorporándose, en 1989, a la red de seguimiento y control de satélites y vehículos espaciales, dando apoyo a ESA.

Entre 1991 y 1993, la estación llevó a cabo el seguimiento de la nave Eureka (laboratorio de ensayos biológicos y físicos en órbita ecuatorial). En 1993, integrada en el programa de salvamento Cospas-Sarsat, comienza una gran actividad humanitaria y es sede de control y terminal. Gran Canaria está considerada como uno de los principales centros de control de este sistema: miles de rescates se han realizado, siendo Maspalomas responsable para una veintena de países y uno de los seis centros nodales que existen en el mundo.

No estaría completo este resumen histórico del Centro Espacial si no se destacara, como algo extraordinario, lo que ocurrió el 21 de abril de 1997: el lanzamiento del satélite español Minisat 01 (de carácter científico), impulsado por el cohete Pegasus, rebautizado como Gran Canaria, desde un avión Lockheed L-1011 que despegó de la Base Aérea de Gando. Maspalomas fue la única estación designada para su seguimiento y control. Este mini-satélite se desintegró el 26 de febrero de 2002. Maspalomas y, por tanto, Gran Canaria, han de ser recordadas por ser los primeros lugares elegidos, de Europa y África, para el lanzamiento al espacio de un satélite artificial. A partir de 2002, la estación se denomina Centro Espacial de Canarias (CEC), un centro operativo permanente y, cuya presencia (en palabras de Julio Melián Pérez-Marín) en nuestra tierra es un hecho en el que, paradójicamente, tanto da cabida al orgullo de los canarios, como es objeto del más absoluto desconocimiento de lo que allí se está haciendo.

En la actualidad, nuestro centro espacial, ha sido preparado especialmente para hacerse cargo del control del satélite espía español Paz, lanzado desde la base norteamericana de Vanderberg (California), el 22 de febrero pasado, en caso de incidencias que se puedan producir en su base central de Torrejón de Ardoz; por tanto, Maspalomas, sería la única alternativa viable en caso de algún fallo de la estación central. El satélite Paz, además de utilizarse para aspectos militares: cartografía, operaciones militares, controles de fronteras, seguridad e inteligencia, etc., también podrá ser utilizado para cuestiones civiles: medio ambiente, controles de catástrofes, etc. España se incorpora al escogido grupo de países europeos que pueden, por sí mismos, obtener elementos y datos esenciales para su seguridad nacional. El esfuerzo ha sido realizado a través del Ministerio de Defensa, colaborando empresas españolas y universidades. El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, es el encargado del seguimiento y recogida de datos? Canarias, con su ojo espacial centrado en Maspalomas, también será protagonista en esta importante labor, como lo ha venido siendo, desde 1960 y, especialmente, desde 1979, cuando el Centro se activó nuevamente.

De seguro que, a partir de ahora y, sobre todo, de ese Cincuentenario a celebrar el próximo año, a tenor de los actos que se tienen previsto organizar, todos los grancanarios y canarios, en general, conocerán más y mejor su Centro Espacial, un lugar en el que no se cuenta el tiempo, su trabajo se lleva a cabo cada minuto, cada hora, todos los días de cada año.

Para los que deseen saber más sobre nuestro centro espacial recomiendo el libro Crónicas olvidadas o inéditas de nuestra Aviación y referencias aeronáuticas de Gran Canaria (dos tomos, editados con motivo del Centenario de la Aviación en Canarias-2013), en su capítulo IX, se pueden leer dos completísimas crónicas sobre la Historia del Centro Espacial de Canarias y La conexión entre Aeronáutica y Astronáutica. El cohete Pegasus-Gran Canaria, trabajos que llevan las firmas de Tomás M. Marqués Arpa (graduado en ingeniería, sistemas de telecomunicaciones por la UCAM e ingeniero técnico en sistemas de telecomunicaciones por la ULPGC) y Julio Melián Pérez-Marín (doctor ingeniero aeronáutico, coronel retirado del Ejército del Aire y exdirector del Centro Espacial de Canarias), respectivamente.

Finalmente, añadir que el martes 15 de mayo, el director del Centro Espacial de Canarias, don Rafael Sahagún Schwartz, impartirá en el salón de actos de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, a las 19.30 horas, la conferencia titulada: Importancia del Centro Espacial de Canarias en el contexto del Sector Aeroespacial Español.