Ayer dejó la política activa Jerónimo Saavedra. Una vida entregada a lo público desde los principios y la convicción que otorgan las ideas, desde las trincheras de la clandestinidad hasta los más altos puestos de responsabilidad. Quiero expresarle públicamente mi agradecimiento por esa entrega a lo común, esa vocación de construir tierra para las personas, y ganar derechos para todos y todas. Y esa valentía en lo personal y político que han guiado siempre su acción pionera. Nos deja una Canarias mejor de la que encontró. Nuestra tierra y nuestra gente siempre tendrán una deuda con él, deuda de agradecimiento y profunda gratitud. Su visión, experiencia y consejo deben ser siempre escuchados y respetados.

Y en lo personal, mi agradecimiento por su amistad sincera. En los momentos buenos, pero también en los difíciles, nunca ha dudado en tenderme su mano, aconsejarme y apoyarme. Sin dudas. Y es recíproco. Esa amistad que nos une es hoy inquebrantable y fraternal. Fue un honor ser parte de tu gobierno y es un honor ser tu amigo.

El símbolo de tu marcha es el solsticio de verano. Pasas de la oscuridad a la luz, pero ligero de equipaje. Gracias, Jerónimo. Gracias, Maestro. Gracias, Amigo. Nunca dejes de dar puntada sin hilo...