El ministro Ábalos acaba de soltar un torrente de agua helada sobre los canarios que esperaban la bonificación de 75% para viajar a la Península en vacaciones. En la era de Quevedo y su voto 176 se celebró con rosas y vino el acuerdo alcanzado con Rajoy de Santa Pola, y ahora los socialistas nos deprimen con la marcha fúnebre de la burocracia en su estado más viril: nada menos que seis meses de tardanza para un decreto ley que necesita informes hasta del ujier principal de las Cortes. Así lo planteó el hijo de Carbonerito, acostumbrado a faenas tan de alabastro como la de Ana Oramas convertida en un vitorino dispuesto a empitonar lo que se le ponga por delante. La diputada no se amilanó ante la fama de novillero mayor -el peso de la genética paterna- en mociones de censura de Ábalos, y en un tono entre displicente e indignado lo mandó a ponerse las pilas para abaratarnos las holidays a los isleños de una vez por todas. La rebaja que remolonea Pedro Sánchez a los isleños tiene todas las papeletas para ser carne de conflicto entre el Gobierno socialista y el canario. Ábalos justifica la ralentización de la medida desde el error que cometió NC con la enmienda presupuestaria, que facultaba al Estado a iniciar los trámites para dicha bonificación del 75%. Y en clave de administración nacional, ello se traduce en un infierno de informes, papeleos, firmas y sellos fiscalizadores diversos. ¿Hay alguna manera de sacarlo del túnel? Oramas subraya que el decreto ley de TVE salió como un volador, y Ábalos, también con deje torero, le contesta que no va a prevaricar nada más llegar a Fomento. Los perdedores no son otros que los que tenían las maletas preparadas rumbo a la geografía peninsular. Primero nos tiraron una zanahoria rolliza y luego nos dan un trabucazo en la sien. Hagan cuentas para dentro de seis meses, siendo lo más folclórico posible.
