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Patrañas para papanatas

Tres noticias hermosas en la tele: el eclipse lunar más largo del siglo, el hallazgo de agua líquida en Marte, y Cuarto milenio de vacaciones sin poder jorobar la marrana.

La maravilla que supone ver y entender cómo la sombra de la Tierra hace que la Luna nos haga un guiño y se vista de rojo no es equiparable a la que pueda sentir quien asegure ver y entender cómo los astros, incluida la Luna, influyen en nuestra conducta, el estado de ánimo, el número de partos o las tendencias asesinas (cosas, todas ellas, aún sin demostrar). No es que lo diga yo, tu profe de filosofía o Carl Sagan. Es que el mismo camino que permite a nuestra especie atisbar cómo funciona el mundo nos lleva a estos lugares: el Sistema Solar baila así, y el horóscopo es una pamplina. No podemos escoger los resultados según nos gusten o no, según encajen o no con nuestras ilusiones, según confirmen o no nuestros prejuicios. Desde Galileo, el método científico es un camino que nos hace avanzar porque nos obliga a dejar atrás gustos personales, ilusiones bobas y prejuicios estúpidos.

Es precioso asistir al anuncio del descubrimiento de un lago de agua líquida bajo el hielo de Marte, pero lo es más saber cómo se llegó a ese anuncio. En la Agencia Espacial Europea no se apoyan en una observación, sino en varias repetidas con suma cautela. No manejan deslumbrantes datos recogidos el día anterior, sino datos ya antiguos que han estudiado con detenimiento para descartar otras posibles explicaciones. No se trata de que lo diga un señor muy listo, es el fruto del trabajo de mucha gente muy cualificada que revisa a fondo el trabajo de los demás para descartar errores y poder dar un nuevo paso adelante con toda la precaución del mundo. Cuando Íker Jiménez toque este asunto, lo hará con cara de asombro, sí, pero será la misma que pone indistintamente ante el testimonio de un tipo abducido por un ovni, las fotos borrosas del monstruo del lago Ness o las caras de Bélmez. Es incapaz de entender que el mismo camino que nos lleva al lago en Marte nos aleja de las patrañas para papanatas.

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