Agosto es el domingo del año. Un funcionario que no madruga. Un profesor que viaja. Un nacionalista que se cura. Un cura que blasfema. La calor aprieta, los periódicos adelgazan y sus kilos los cogemos nosotros a fuerza de anarquía y cerveza fría. Agosto es un turbante que se libera, un mes fuera de cobertura, un futbolista en yate, un absentista orgasmando, un vuelva usted nunca. Este puede ser el agosto de tu vida si es que tu vida no es un agosto. Un pezón en Instagram.

El aire se apelmaza calentón y te da en la jeta atontándote o sacándote instintos asesinos. Alguien ha puesto una sandía en la orilla. La pregunta es qué pasa con los melones. Aguacates para merendar. Oigo menos la palabra hidropedal. El poniente alivia algo a veces, espanta el terral u otras ventoleras calientes. En agosto suda una preñada soñando con el parto y con el fresquito de octubre. Hay días en que las sardinas podrían asarse sin fuego. Un adolescente desayuna gazpacho. Siete verbenas, fiestas o ferias en cincuenta kilómetros a la redonda. Calimocho. Dos orejas y el rabo. Un chaval de la gran ciudad que, como hombre libre, tira petardos en la orilla del río que baña la aldea de sus padres, a la que cada agosto vuelven. En una columna sobre agosto hay que sacar el chiringuito, que ya es un concepto más de la nostalgia. Ahora son modernos restaurantes de playa, caballero, es que las mesas ya están puestas para comer. En algunos chiringuitos te dan toallitas de limón para las manos y te cierran la cocina a las cuatro de la tarde. Pudiendo darte aroma a boquerones con estrellas en el cielo, a la hora en la que el sol de la tarde por fin ha sido vencido. En agosto cayó la primera bomba nuclear. Los núcleos duros de las empresas se van de vacaciones. En agosto siempre hay alguien que dice que el verano se acaba pero nadie le tapa la boca con polvorones. Ya hay lotería de Navidad. Un gorrino chilla. Ni en agosto caminar ni en diciembre sembrar. En agosto no se venden paraguas. El vendedor de paraguas sería un buen título para un relato de misterio, tal vez ambientado en una semana muy lluviosa en Londres, en el periodo de entreguerras. Agosto es una ensalada de remolacha con tomate, un nos vemos en septiembre, a ver si comemos, lo abordamos a la vuelta, en septiembre te veo. En agosto hay gente que te dice que se quita de en medio sin ser consciente de que siempre ha estado a un lado. Agosto es un procrastinador tomando el sol. También una orilla atestada de gente que busca una vida mejor en Europa. Cerrado por pretensiones. En agosto hay que leer Insolación de la Pardo Bazán. Un dominó con tu abuelo. Agosto es un bocarriba en la cama con la panza tratando de alcanzar el ventilador.