Una conocida de Pontevedra dice que el mes de septiembre se ha presentado como una película de Garci. "Como una película de Garci" me dice "porque en casi todas sus películas, cuando crees que disfrutas de un guión inteligente, de una historia peculiar, de unas interpretaciones más que decentes, el director se encarga de poner el aliño garbancero que tanto le caracteriza. Es Pérez Galdós pero vuelto del revés". No lo veo tan dramático como ella, pero algo de eso puede que haya. Más que otra cosa, es el hartazgo, la repetición de las cosas que no deberían repetirse porque tendrían que haberse arreglado, o no haberse llegado a producir. Cataluña es el resumen de todos los aburrimientos, o, mejor dicho, lo que los independentistas están haciendo. Ese personaje, Torra, por ejemplo, que ejerce y no ejerce de presidente de la Generalitat. Ahora ondeará las banderas de la falsa alegría porque algunas empresas están regresando. Un gesto para tranquilizar. Lo que nadie parece contar es dónde están los depósitos de las entidades financieras catalanas. ¿Torra lo sabe? ¿Y Puigdemont? ¿Acaso ignoran que en una situación de independencia, y consiguiente separación también de Europa, no contarían con el respaldo del Banco Central Europeo? ¿Saben los independentistas lo que eso significaría para las empresas, los profesionales y las familias catalanas y para sus cuentas corrientes? Una buena historia para una película, de Garci o de Álex de la Iglesia.

Pero en todas partes cuecen habas. Así, empezamos los últimos días del verano con el presidente del gobierno de España abriendo el curso político informativo con una muy anunciada entrevista en la cadena SER, una buena entrevista, pero apareció el efecto Garci en forma de ministra haciendo declaraciones contradiciendo las del presidente. Qué le vamos a hacer. Días antes, el niño Casado se trasladó a Galicia para inaugurar su particular temporada otoño-invierno, no hay sitio mejor, las esencias, Fraga, Rajoy, hasta Feijóo, y unos percebes, y una empanada, y una de pulpo, que este año está muy caro -el autóctono, y el de Irlanda y hasta el de Madagascar- y unas sonrisas y una ristra de amenazas a los grandes culpables de todos los males, los socialistas, claro. Habla Torra en un teatro, y se le reclama a Sánchez por las tonterías del político catalán. ¿Qué es todo esto? Pues más de lo mismo: "puro Garci" dice la pontevedresa.