El pasado viernes tuvimos ocasión de asistir en el Auditorio Alfredo Kraus a la puesta de largo de la primera edición del "Premio Ingeniero Juan de León y Castillo" instituido por la Demarcación en Las Palmas del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Fue un emotivo acto de reconocimiento a labor desarrollada a lo largo de tres siglos por estos ingenieros que con tesón y perseverancia han conseguido cambiar la faz de Gran Canaria con importantes obras en puertos, carreteras, faros, lazaretos, presas , etc.
El capitán inicial de este espectacular desarrollo se le debe de forma principal a nuestro ilustre paisano Don Juan de León y Castillo (1834-1912) que casi con una visión profética supo ver con inteligencia preclara que nuestra Isla necesitaba grandes obras colocándola con un siglo de adelanto en sus infraestructuras. De esta visión sobresale en primer lugar el Puerto de Refugio de La Luz que solo con dos rayas sobre un papel en la segunda mitad del siglo XIX configuró el primer dique de abrigo que necesitaba la capital grancanaria para su despegue económico y social hasta la espléndida realidad que hoy contemplamos con gran orgullo gracias a la labor de los sucesivos ingenieros con 135 años de vida.
Pero volviendo al acto del pasado viernes capitaneado por el nuevo decano del Colegio, Julio Rodríguez Márquez y su equipo directivo, es innegable que se ha hecho justicia sacándolo casi del olvido al ingeniero Don Juan de León y Castillo con la institución del citado galardón. Y lo curioso es que tras su estela han seguido una pléyade de colegas como se puso de relieve con el Premio a la Obra Aerogenerador Marino Offshore de Mario Romero Torrent, promovida por el equipo Esteyco.
Aparte de las cuatro menciones a Fermín Monzón a título póstumo por su empuje; Gloria Macías, la primera mujer ingeniera de esta Isla y a Víctor Rodríguez por su valía entre las nuevas generaciones. Y como los ingenieros son un reflejo de esta sociedad han sabido hacer también una mención especial a la ONG Iniciativas Humanas por su destacada labor social a lo largo de 18 años acompañando a las personas mayores. Es un gesto de que los ingenieros saben hacer camino, en esta provincia de Las Palmas.
