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OBSERVATORIO

Violencias: causas y remedios

La regla de la mayoría no es una herramienta para encontrar la verdad. Que quede claro. Las mayorías que creían que la Tierra estaba fija y era el Sol el que daba vueltas alrededor de ella es obvio que se equivocaban. Es un caso extremo, pero se puede pensar en la equivocación que han supuesto las mayorías que han contestado en un determinado sentido en más de un referéndum reciente. A lo más, la regla de la mayoría es un instrumento para tomar decisiones, venga o no venga matizada por el respeto a las minorías o por cualificaciones cuantitativas de esa mayoría, sea la mitad más uno o dos tercios de las respuestas o, si se quiere, el noventa por ciento de las mismas. Sin embargo, el caso que propongo no encaja en ninguna de las dos hipótesis ya que ni se ha preguntado a todos los implicados ni las preguntas se han hecho con el propósito de tomar decisiones. Dejémoslo, entonces, en un mero ejercicio que permite hacerse preguntas sobre cuestiones reales en contextos reales. Y se refiere a la violencia.

Se trata de una encuesta, patrocinada por varias instituciones respetables, que se hizo este año a una quincena de países, a saber: Brasil, Colombia, República Democrática del Congo, Hungría, India, Líbano, Myanmar (antes Birmania), Nigeria, Filipinas, Sudáfrica, Siria, Túnez, Ucrania, Reino Unido y Estados Unidos. No pretenden, pues, ser una muestra de toda la población mundial, pero sí de esos países. Me han interesado dos preguntas de aquella encuesta: una, sobre las causas de la violencia y, otra, sobre los remedios para la misma. Prescindo de la pregunta sobre qué violencias preocupan más a los encuestados, que eso daría para otro artículo.

Primero, recojo la pregunta sobre cuáles podían ser las causas que hacían que las personas cometieran actos violentos. Algunas opciones obtenían, en general, porcentajes muy bajos de respuestas. Era el caso de los que pensaban que era el "no tener voz en los asuntos políticos", los que decían que "grupos armados les obligaban a ello" (excepto en el caso de Siria, que recibía casi un 20 por ciento de las respuestas) o incluso su "ideología política". La "ideología religiosa" ya obtenía algunas respuestas más en los quince países, pero el grupo más numeroso estaba entre los que lo atribuían a un "sentido de la injusticia", destacando Túnez, pero también los Estados Unidos y, sobre todo, "la falta de empleos o la necesidad de atender a la familia", destacando en este caso, Sudáfrica, Colombia y Brasil. Motivos estructurales, si se acepta ese vocabulario.

La otra pregunta obtenía respuestas que, en buena medida, eran efecto de la anterior. Se preguntaba qué habría que hacer para conseguir una paz (ausencia de violencia) duradera. La "ayuda de fuerzas de seguridad internacionales" e incluso el "uso del ejército para enfrentarse a la violencia" recibía, en general, porcentajes muy bajos de respuestas excepto, una vez más, en las de Siria. El grueso de las respuestas iba, en primer lugar, hacia "apoyar a las sociedades y comunidades para que resuelvan sus conflictos de manera pacífica" (que viene a ser el peace by peacefull means como Johan Galtung propone) y, claro, "tratar los motivos por los que la gente lucha en primer lugar", es decir, ir al motivo principal que necesariamente no coincide con el motivo digamos "oficial" y que, volviendo a la pregunta anterior, serían injusticia y carencias materiales y no tanto religiones y otras ideologías que, por lo general, son añadidos, no causas.

El informe que estoy siguiendo se detiene en dos casos particulares: el de Colombia con violencia todavía sin resolver y el de Irlanda mostrando las diferencias en las respuestas dadas en Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, diferencias que hacen pensar que no siempre se ven los problemas de la misma forma "desde dentro" que "desde fuera" y esto último puede incluir a los políticos, sus percepciones e intereses comparados con los de la gente que sufre la violencia directamente, incluidos los soldados rasos, no tango los altos mandos.

El trabajo que comento no es, como se ve, una prueba de cómo son las cosas ni, mucho menos, un medio para tomar decisiones. Sencillamente, es una manera más de hacerse preguntas sobre cuestiones complicadas que, por desgracia, muchas veces se etiquetan de forma simplista. Claro que me hubiera gustado ver algún dato sobre Arabia Saudí y el Yemen. La razón es simple: habría introducido algunas preguntas más que esta encuesta no consigue afrontar. Nadie es perfecto.

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