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El pin de antiVox como postureo

He leído en Facebook de un andaluz que tiene cabeza: "Qué bien quedamos con el público diciendo de mi gente, de la que vota a Vox, que son unos trogloditas, fachas, ignorantes y egoístas sin cerebro. Qué guapos nos vemos asín. Qué divinos. Qué maniquíes". Y me ha parecido el análisis más certero de los escuchados.

Creo que tiene razón. No tengo nada que ver con Vox. Cuando pedían firmas para poder presentarse a las elecciones no pude firmar como habría deseado porque ya había firmado para SAIN. Habría querido firmar porque creo que debe poder presentarse quien quiera y me parece injusta esa norma según la cual solo se puede firmar para un partido. Me alucina cada vez que oigo decir "la democracia que nos hemos dado", como si nos hubiéramos convenido en todas y cada una de la infinidad de normas cuya sola lectura es imposible.

O sea, no tengo nada que ver con Vox, pero no me parece justo sacudirle el calificativo (descalficativo más bien) de extrema derecha, nazi, fascista y blablablá. A mí me parece que esos calificativos solo buscan hacer lo que antiguamente se hacía con el chivo expiatorio: cargarle todos los males. En un lenguaje más actual me parece que el descalificativo sirve para ponernos todos el pin de guays y sentirnos mejores que los demás. Nada más falso. Nada más cómodo. Nada más irresponsable.

El programa de Vox tiene cosas bien interesantes. La primera, todo lo referido a Cataluña, donde los grandes partidos no han podido estar más desacertados. Pero también otras que pasan desapercibidas. Si es verdad el dogma (que algo de verdad tendrá) según el cual las cosas escasas suben de precio, no me parece desacertada su propuesta de "liberalizar el suelo". Si lo escaso sube de precio lo mismo el precio del suelo tiene que ver con la artificial escasez que provoca la calificación. Digna del mayor elogio me parece su defensa de acabar con el cupo vasco o los privilegios forales; dirán que son de extrema derecha pero esta medida es plenamente socialista. Alguno argumentará que tiene tufo falangista; pero no pocos han estudiado la parte socialista del falangismo.

No se asombren, que queda más socialismo que no creo pueda tildarse de extrema derecha. Más socialista me parece un plan hidrológico nacional que esta suma de egoísmos autonómicos; dirán que lo propuso Aznar y lo derogó Zapatero y -aunque escandalice- la verdad es que Zapatero en eso era menos socialista que Aznar. Y hay más. Como la vicepresidenta Calvo, se oponen a los vientres de alquiler. Y proponen mínimo IVA para medicación infantil y geriátrica. Y odontología infantil gratis; aunque lo haga la Junta de Andalucía no creo que los fundadores del PSOE consideren más socialista financiar el cambio de sexo que odontología infantil. Proponen cheque escolar; esto quizá no sea muy de izquierda pero es una medida política aplicada por socialdemócratas en otros países. Plantean algo de tanto sentido común como reducir el gasto burocrático europeo y español.

Tienen propuestas políticas claramente de derecha como las de inmigración, fiscalidad y otras bastante jaleadas en los medios. A mí la más derechosa de todas me parece la de la caza pero no puedo olvidar que de cacería en Jaén se encontraron algunos prosociatas en un conocido contubernio entre poder legislativo y judicial.

Vox no me gusta. Ya he criticado cosas suyas en otros momentos. Pero tampoco es correcto que se les etiquete de esta ma-nera. Me parece injusto ponerle la etiqueta fascista y así yo me pongo el pin progre y ya puedo gozar de mis vacaciones con toda tranquilidad.

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