La llegada de los eSports ha supuesto un punto de inflexión a partir del cual redefinir el significado de la palabra deporte. Tradicionalmente lo asociamos a actividades con un alto impacto físico sobre el cuerpo (salvo excepciones como el dominó o el ajedrez) en la que una serie de reglas obligan a los deportistas a tener un pensamiento táctico. Para muchas personas, en cambio, los deportes digitales no tienen lugar dentro del mundo deportivo a pesar de que en su ejecución encontramos muchos factores comunes con los deportes tradicionales.

Para los defensores de incluir a los eSports dentro de la definición de deporte podemos mencionar varios aspectos. Entre estos, casi todos los eSports son actividades de grupo o equipo, donde no solamente es necesario contar con de líderes y entrenadores, sino que es imprescindible la presencia de planes estratégicos previos a la partida y adaptación constante durante el desarrollo de la misma. Para la realización de dichos planes es imperativo conocer al detalle las reglas de cada juego, analizar los comportamientos y estrategias de los rivales y entrenar o jugar de forma constante para conseguir un desarrollo de partida exitoso. ¿Acaso no es similar a lo que podemos encontrar en equipos de fútbol o baloncesto?

Todas estas prácticas ayudan a crear dinámicas de grupo entre los jugadores, fomentando valores y actitudes como el respeto a los compañeros, la perseverancia, deportividad o aumentando la empatía entre los miembros del grupo. También se aprende a valorar los éxitos no solo propios, sino los colectivos gracias al esfuerzo del resto de compañeros de equipo.

Para otro sector de la población, los deportes digitales reflejan una degeneración del significado de la palabra deporte, pues a pesar de contar con elementos estratégicos y dinámicas de grupo entre los participantes echan en falta el aspecto fundamental que tradicionalmente lo ha definido: actividad física. Por suerte, el mundo de eSports acoge una gran diversidad de disciplinas donde se ha demostrado que los de tipo exergames -aquellos basados en la actividad física del jugador- tienen beneficios fisiológicos significativos. Incluso aquellos basados en los principios de la motricidad fina tienen un impacto positivo en el cuerpo. Casualmente los videojuegos potencian esa misma motricidad y, como demostró en 2007 un estudio del Centro Médico Beth Israel de Nueva York, los médicos que juegan a videojuegos presentan mejoras en su habilidad como cirujanos.

Desde Binarybox Studios y eSport Talent Canarias queremos presentar ZeroGAH, una propuesta de eSports, en fase de desarrollo, que incluya este elemento que muchos echan en falta. Empleando tecnologías de realidad virtual levantamos al jugador del asiento y le obligamos a usar su cuerpo para lograr el éxito de la partida. Basado en el air hockey, el popular juego de los míticos salones recreativos, añadimos una dimensión adicional al movimiento del disco, o bola en este caso, y le permitimos moverse también en vertical. El jugador se ve obligado entonces a moverse dentro de su área de juego, agachándose y saltando para poder realizar buenos golpes utilizando sus manos como medio para interactuar con la pelota.

Alejado de propuestas o minijuegos de aspecto más desenfadado, ZeroGAH opta por una identidad visual más madura, similar a la que podemos encontrar otros títulos tan populares como League of Legends o Tron. De esta forma el juego tiene una fácil incorporación al circuito tradicional de eSports con propuestas ya conocidas por los jugadores y acercándoles a una nueva propuesta de competir dentro del incipiente mundo de los deportes electrónicos.

No cabe duda que el futuro de muchos eSports -aunque no de todos- pasa por convertir la realidad virtual como soporte primario en el que desarrollar los diferentes juegos. Al introducir a los jugadores dentro de los entornos virtuales donde se desarrollan las partidas veremos como surgen nuevas disciplinas, aproximaciones y estrategias en muchos deportes digitales ya conocidos. Utilizar el propio cuerpo, y el desempeño que éste pueda tener, devolverá a las partidas de estos eSports y de muchos videojuegos parte del componente humano que se ha perdido desde que comenzamos a jugar con el gamepad. Esto lo vemos en títulos como Just Dance, juego de kinect o antiguos juegos de Wii donde utilizar nuestra motricidad natural se convertía en una mecánica básica de juego.

En resumen, reconocer que estamos en el siglo XXI es aceptar que esta sociedad digital presente en el trabajo, la vida diaria, la salud, la educación o la cultura también tiene su presencia en el mundo deportivo.