Ya estamos saturados de resúmenes del año que se acaba, del cómputo y repetido relato de las desgracias que han ocurrido, de las alegrías, de los que se han ido, de los balances de las distintas disciplinas y competiciones deportivas, de los vídeos supuestamente más espectaculares pero en realidad más estúpidos del año. Escribo estamos saturados, suponiendo que los demás sientan lo mismo que yo, cosa que es mucho suponer. Uno de los primeros artículos que escribí en mi vida se titulaba "La trampa del tiempo", ordenamos, o nos ordenan, nuestras vidas alrededor de un calendario, de una manera de contar el tiempo que podría ser la que es u otra cualquiera. Por ejemplo, este año se han celebrado 40 años de Constitución con pompa y boato; ¿por qué no se celebraron de la misma manera los 38, o se celebran igual los 42? La respuesta es fácil: parecía necesaria una celebración que reafirmara su vigencia en tiempos de tribulación en la que muchos pretenden hacer mudanzas sobre su texto.

Puestos a seguir con los resúmenes y repasos del año, en las desgracias humanas que podrían ser evitadas lo que está ocurriendo en el Mediterráneo no tiene parangón, y la respuesta de la Unión Europea, menos.

Y en la política nuestra, la española, me quedo con la llegada de Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno. Tanto se le ha querido desligitimar, tanto se le ha insultado -últimamente le acusan de vender a España, me gustaría saber dónde y cómo se compra España, en que mercadillo- tantas hienas mediáticas y políticas contra él, que van a conseguir convertirlo, aparte de sus méritos y sus deméritos, en una víctima. Y ya se sabe lo que pasa en este país con las víctimas, que dan la vuelta al ruedo. Yo estoy muy orgulloso, por ejemplo, de que se haya celebrado en Barcelona el consejo de ministros: ni una provocación, ni una bajada de pantalones. Es un mensaje nítido a los millones de catalanes que todavía creen posible este país, que su gobierno está con ellos. Así les han dado, los políticos independentistas con declaraciones distintas cada uno, o una, sobre todo. La oposición opositora, desatada, las tres derechas. Algo bueno habrá hecho Pedro Sánchez cuando pone de los nervios a los extremos políticos. A lo nuestro; sigamos contando segundos, minutos, horas, días? Algunas cosas cambiarán para bien el próximo año, ya lo verán, seguro. Disfrútenlo, por favor.