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artículos de broma

Daño ¿reputaqué?

Se presume que en 2004, el presidente del BBVA, Francisco González, encargó al comisario Villarejo que le informara de lo que se cocía en los teléfonos del poder respecto al interés de la constructora Sacyr por hacerse con el control del banco. Esto se ha sabido ahora y el actual presidente ejecutivo del banco, Carlos Torres, se dice muy preocupado por el daño reputacional de la "institución", que es como se llama a estas empresas. Presunción por presunción, después de las crisis y de las hipotecas, escribir "reputación" y "banco" en la misma frase es exagerar.

Francisco González, FG, lleva una semana resistiéndose a abandonar la presidencia de "honor" del banco y de su fundación. He aquí otra presunción esa de presidir en función de los reconocimientos de virtud, gloria y buena opinión, aunque vemos que cuando era presidente ejecutivo ya le interesaba, con ansiedad adolescente, saber qué opinaban de él los demás. Si controlar el móvil de la novieta es violencia de género, pinchar 4.000 teléfonos e intervenir 15.000 llamadas es una masacre sin ningún género de dudas. Entre los pinchados para saber si Sacyr iba a hacerse con BBVA estaba parte del gobierno socialista de Zapatero, empresarios implicados y el rey Juan Carlos. Esto último nos informa acerca del significado de esa sutileza por la que "el rey reina, pero no gobierna" y enseña que para qué quieres gobernar, que es tan público, pudiendo reinar, que es tan privado.

De José Manuel Villarejo Pérez, comisario retirado y en prisión provisional sin fianza, no hace falta decir nada. El delito tiene poca ética y poca épica, pero cuando preserva la primera y alcanza la segunda siempre es porque se comete contra la policía, no dentro de ella.

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