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En voz alta

La actualidad política de Antonio Machado

La conmemoración del ochenta aniversario de la muerte de Antonio Machado en Colliure, en el exilio republicano es, sin duda, un momento idóneo para resaltar y comprobar la rabiosa vigencia y actualidad que sigue teniendo sus versos y sus escritos para enjuiciar y ver con claridad la actual y difícil situación política por la atraviesa nuestro país.

Es cierto que sus versos, sus ideas y actitud política han determinado que hayan sido las ideologías y partidos más diferentes y contradictorios los que hayan tratado de atribuírselo como patrimonio suyo: desde el sector del falangismo intelectual de primera hora, hasta el de la izquierda más avanzada, pasando por el republicanismo liberal ligado a las ideas de la Institución Libre de Enseñanza, en cuyas aulas se formó Machado.

Pero leída desde nuestra perspectiva actual la obra de don Antonio es, sin duda, la de un escritor de izquierdas, claramente antifascista, aunque tampoco se callase sus críticas sobre los defectos de esa ideología. Sería, sin duda, hoy un debelador intransigente de esa ultraderecha casposa cuyas banderas ondean al viento mientras galopan a caballo como si de "señoritos" de antes se tratara, él que escribió que los "señoritos" constituían en España una "clase social" depredadora del pueblo. Sí, sin duda, sus reflexiones en verso y en prosa siguen diciéndonos cosas de plena actualidad y aplicables como denunciadoras todavía hoy en esta situación tan grave por la que atraviesa nuestro mundo y concretamente nuestro país.

En Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo) a través de sus heterónimos encontramos verdaderas perlas que nos vienen como anillo al dedo (nunca mejor dicho) para entender y analizar críticamente la vida política y a los políticos de hoy en nuestro país. Machado siempre entendió la política como una actividad ética, de imprescindible valor para la vida social, la cual ni en su tiempo ni mucho menos ahora en el nuestro fue la actitud dominante de gran parte de sus actores. "La política, señores ?decía Juan de Mairena a sus discípulos? es una actividad importantísima... Yo no os aconsejaré nunca el apoliticismo, sino, en último término, el desdeño de la política mala que hacen trepadores y cucañistas, sin otro propósito que el de obtener ganancias y colocar parientes. Vosotros debéis hacer política. Sólo me atrevo a aconsejaros que lo hagáis a cara descubierta. En el peor caso con máscara política, sin disfraz de otra cosa: por ejemplo de literatura, de filosofía, de religión. Porque de otro modo contribuiréis a degradar actividades tan excelentes por lo menos como la política y a enturbiar la política de tal suerte que ya no podamos nunca entendernos".

Entonces, como hoy, los "trepadores y cucañistas" cuyo verdadero objetivo de su actividad política no es sino" obtener ganancias y colocar parientes" abundan por doquier y Machado los denunció entonces como los denunciaría hoy. Como le escribió a Ortega y Gasset: "(?) Barrer de la arena política a una pandilla de políticos ineptos e inmorales sería siempre una obra santa que debe aconsejarse al pueblo".

Del mismo modo, que ante la actitud encrespada, intransigente y rupturista que ha adoptado la derecha española en estos momentos frente a la izquierda, negándose a cualquier pacto o acuerdo de estado con ésta, la crítica de don Antonio sería sin duda demoledora como lo prueba la posición integradora que mantuvo, incluso, en plena guerra civil en aquellos momentos tan trágicos que le tocó vivir y en los que mantuvo plena coherencia con su pensamiento y su conducta anterior.

Actitud esta que resuena como advertencia de algo no deseado no sólo en aquellos versos de Campos de Castilla tan repetidos: "Españolito que vienes / al mundo te guarde Dios / una de las dos Españas / ha de helarte el corazón". Y que se expresa ya de manera explícita en febrero de 1937 en el periódico El Sol: "Hemos de evitar o corregir lo que sería el más grave pecado, el de incrementar el odio a nuestros adversarios. Sería un yerro moral. Madrid lucha hoy por defender a toda España, sin excluir a la España de sus adversarios".

Podríamos poner más ejemplos, pero creo que éstos recogidos más arriba son suficientes clarificadores para demostrar por qué la actitud y el pensamiento político de don Antonio Machado siguen hoy plenamente vigentes ochenta años después de su muerte.

Julio Antonio

Vaquero Iglesias. Escritor

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