Crea miedo y se rendirán a tus pies. Controla las fobias y abrazarás el poder. Dicho y hecho. Gana el miedo. El temor al lobo de la ultraderecha ha surgido el efecto deseado y ha servido de máxima utilidad en una democracia fragmentada. El miedo como instrumento al servicio del poder junto al hedor asfixiante de la corrupción de los populares han llevado a los socialistas a reeditar Gobierno.
Por 'barrios', Génova ha caído en una ominosa depresión con un Casado, tocado e impotente, que no ha podido taponar la hemorragia de un partido cuya marca comienza a diluirse. Abrir de inmediato una comisión gestora y dejar paso a Núñez Feijóo podría minimizar la quema de la 'gaviota' en las autonómicas. En el reverso, destaca la alegría del eufórico Rivera que logra un resultado histórico y que se erige como el auténtico líder del centro derecha. La ola naranja tendrá mayor recorrido el próximo 26 de mayo. Mientras, la política del "cuarto gin tonic" de Vox, que apunta el periodista Rubén Amón, se queda en la orilla del hemiciclo y llega a su tope.
Podemos, por su parte, encalla en la piscina de Galapagar y acusa las luchas internas. Nadie podrá sacudir del confortable colchón de la Moncloa a Sánchez, que debe tener altura de miras y tender puentes en todas direcciones. La alianza más deseable, pero menos probable debe tener lugar antes del 21 de mayo, fecha en la que se deben conformar las Cortes, justo cinco días antes de las autonómicas, locales y europeas. Aunque no parece probable que para entonces haya un pacto para formar Gobierno, sí es cierto que desvelará algunas alianzas para formar la mesa del Congreso. Devolver la estabilidad a una España rota es la prioridad y eso pasa por un pacto con Rivera pese a los dimes y diretes de la campaña. El fantasma de la crisis que se barrunta y acabar con los delirios separatistas requieren una gran coalición para afrontar con certidumbre el futuro.
