El refranero español, en concreto esta pertenece a la Celestina, es tan sabio como descriptivo por lo que el encabezamiento deja poco lugar a dudas sobre el tema que nos ocupa.
Como cada año y, este no podría ser menos, he asistido a la 78 feria del libro en Madrid, que bate récord de asistencia en cada edición. Con casi 400 casetas a lo largo de más de 2 km, cada editorial se viste de gala para ofrecer al mundo sus últimas publicaciones. El éxito no sería tal sin la complicidad de los cientos de autores que firman incansablemente a esos lectores que forman las infinitas colas que irradian por senderos adyacentes al recinto del parque de El Retiro.
El que se lleva la palma es Arturo Pérez Reverte, que para estar un par de minutos con sus lectores, algunos se han pasado mas de cuatro horas haciendo cola. Es increíble ver a cientos de miles, este año va a sobrepasar los dos millones de visitantes, desfilar como en una peregrinación de puesto en puesto bajo un calor abrasador con una paciencia estoica a la espera que les llegue el turno. Rondan las dos y media de la tarde y la fila todavía parece interminable. La emoción se acrecienta cuando la multitud da unos pocos pasos y surge, a su vez, el temor de que la espera recaiga en un espacio al sol. Algunas personas vienen preparadas y, aunque sea con sombrillas o algún periódico en la cabeza, todo sirve para sobrellevar la espera. El momento se acerca y, tres horas después de su llegada, Arturo Pérez Reverte continúa dedicando uno o dos minutos, no es posible más, y la misma sonrisa con su estilográfica en la mano a cada uno de sus lectores.
Mientras tanto, en la caseta 171, se ha hecho con la mañana el Premio Planeta 2019, Santiago Posteguillo, que desde bien temprano no ha dejado de firmar libros hasta mas allá de las dos de la tarde. Verdaderamente agotador.
La verdad, uno se plantea, si tanto se lee, qué poco provecho le sacamos. Por otro lado, procuro quedar con algunos autores y para traerlos al Gabinete a presentar sus últimos trabajos. La tarde cae y algunos rezagados tratan de realizar las compras de ultima hora antes de que echen el cierre hasta mañana, y así durante quince idas. Siempre te encuentras con amigos que las letras nos han unido; en esta ocasión, me tropiezo con el indómito escritor canario Justo Jorge Padrón y nos vamos a tomar algo y seguir discutiendo de lo divino y lo humano, bajo la atenta mirada de Federico Jiménez Losantos, de quien me despido... por el momento. "De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo... Solo el libro es un extensión de su imaginación y la memoria". Jorge Luis Borges.
