Es indignante e intolerable que desde el día que se produjo el incendio en Valleseco don Antonio Morales siga ostentando el cargo. Es incomprensible.
Este señor que de nuevo es presidente del Cabildo, gracias a los pactos que en su día firmó con los partidos políticos PSOE y Podemos, se ha saltado a la torera todas las prioridades que la isla necesitaba que se pusieran en práctica para proteger los intereses de los canarios. Ha dado prioridad a la compra de tres fincas situadas en el Macizo de Amurga a la familia de un compañero de partido.
A Antonio Morales le resbala la tierra canaria y los canarios que la habitan. Prueba de ello son las continuas peticiones de los bomberos, que siempre se han quejado de la escasez de medios y personal con los que cuentan a la hora de ir a apagar cualquier incendio. En vez de atender sus justas peticiones que redundan en beneficio de los canarios, a los que representa, les ha contestado con un total y absoluto desprecio, por no hablar de la dejadez respecto a la limpieza y saneamiento de las malezas de los campos canarios; si hubieran estado en condiciones, los incendios hubieran sido de mucha menor entidad.
Señor Morales, dimita de su cargo, su actuación está en total contradicción con su discurso; deje el puesto a otra persona que sepa cuáles son sus competencias y defienda los intereses de los canarios. Por otra parte, es mejor que monte una inmobiliaria o se afilie a alguna de las muchas que hay para que pueda vender fincas sin perjudicar los intereses del pueblo canario, al que como presidente del Cabildo tendría el deber de defender y al que está dejando sin su tierra por su incompetencia y dejadez. A mi juicio se le debería exigir no solo la dimisión, sino también responsabilidad civil y penal, por imprudencia temeraria en la previsión de medios suficientes para atender con eficacia y seguridad estos continuos incendios.
Elena Pérez-Prat Vidal
Las Palmas de Gran Canaria
