Con ocasión de recordar en este mes el centenario del naufragio del vapor Valbanera en aguas del Caribe, que costó la vida a casi 400 canarios que habían emigrado desde nuestras Islas hasta la Perla de las Antillas en 1919 en busca de una mejor vida, bueno es que pongamos un toque de atención por el gran olvido de nuestros responsables políticos y pueblo canario a lo largo de un siglo por la falta de un monumento que conmemorara esta tragedia, la mayor de la marina mercante española en aquella época.
Ha sido un total olvido, no entre sus familiares que si llevaron en sus corazones la pérdida de unos seres queridos, que fueron en busca de mejor fortuna y que se transmitió de abuelos a hijos como una memoria que denunciaba la falta de apoyo de las clases dirigentes hacia estas familias, que habían entregado para siempre la vida, que como recordaba recientemente el marino mercante e investigador marítimo Fernando José García Echegoyen al denunciar en su página Web "Un siglo del naufragio del barco de los miserables", hundido en la baja de la Media Luna.
La verdad es que algo huele mal en esta tragedia que nos toca de lleno al ser protagonizada por este importante grupo de compatriotas a los que se ha unido en años posteriores otros cientos de emigrantes canarios que han cruzado el Atlántico con mejor o peor fortuna. Que este recuerdo del Valbanera haga recapacitar a los habitantes de las islas de Gran Canaria, Tenerife, La Palma y Lanzarote, lugares de donde procedían los náufragos del citado vapor de la naviera Pinillos, Izquierdo y Compañía, sobre no olvidar nuestro pasado. Hoy no tenemos ni una piedra, ni una placa donde depositar unas flores como homenaje a estos valientes que se jugaron la vida en busca de mitigar el hambre que había en nuestras Islas. Vaya nuestro mejor recuerdo.ante
Juan F. Fonte. Periodista y cronista oficial del Puerto de La Luz
