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REFLEXIÓN

Los bonobos, a tener en cuenta

Octavio Paz es uno de mis maestros. Del mismo se cuenta que se encontró a Ortega en Ginebra en un hotel junto al Rhone, el cual le manifestó su deseo de ser escritor y filósofo, a lo que el español le contestó: empiece por aprender alemán.

Definió al hombre como un ser doble o triple, espoleado por los apetitos y corroído por el deseo; espectáculo prodigioso y lamentable.

Entendió la sexualidad como lo más animal y primitivo del ser humano; el erotismo como la expresión humana de la sexualidad que deviene en rituales, ceremonias, conquistas y normas sociales. El amor lo pensó como la combinación de ambos elementos y de componentes mágicos que nadie, ni siquiera la ciencia, puede entender.

En forma gráfica las tres manifestaciones mencionadas pueden ser el tronco, las ramas y las hojas de un árbol.

Hoy una de las realidades operativas en nuestra sociedad es el Mee Too. Burke, su iniciadora, ha explicado que se inspiró para utilizar este término en un hecho: ser incapaz de responder a una chica de 13 años que le confió que había sufrido una agresión sexual. Burke más tarde deseó simplemente haberle dicho a la niña: yo también.

Desde siempre se conoce la proliferación de relaciones sexuales entre los bonobos, primos hermanos de los chimpancés y primos lejanos de los humanos. Algunos expertos decían que por esta forma recurrente y polinesia, por su amabilidad, de tener el sexo, los bonobos suavizaban los conflictos en la familia y otros conocedores del asunto lo interpretaban desde la motivación fundamentada en que al no emitir la hembra bonoba señales de celo puntuales practicaban el sexo de forma recurrente por seguridad y prudencia, pues ya se sabe que en el reino animal el mandamiento principal es mantener la especie.

En el bonobo el ciclo estral y el ciclo menstrual son muy diferentes. Las hembras, en vez de ser receptivas seis o siete días de su ciclo menstrual extienden el ciclo estral hasta el setenta y cinco por ciento del ciclo menstrual.

Ahora se ha publicado que el sexo homosexual frecuente entre bonobas ayuda a mantener al macho en su sitio. Las relaciones en el reino animal entre miembros del mismo sexo son frecuentes, pacíficas y placenteras. Pero decir eso no es suficiente en el reino animal, donde todo tiene su motivación. La motivación reside en que mientras los pogromos entre las familias de chimpancés son crueles y frecuentes, el comportamiento sexual entre sujetos bonobos de sexo femenino y distintos grupos beneficia la paz entre las mismas familias por el método de la liberación de oxitocina, que provoca en el cerebro relaciones de confianza.

El sexo entre hembras es de frente y por derecho al contrario de las que se producen entre machos y hembras, que suelen acontecer por la espalda de la hembra.

Los chimpancés generan la oxitocina para unir el ardor guerrero y atacar a otras familias. Las bonobas generan oxitocinas para establecer mediante el sexo entre bonobas de distinta familia las mejores relaciones de vecindad.

Al final la cuestión, entiendo, es esta: solo resisten 10.000 bonobos en la ribera sur del río Congo. No hay más poblaciones en el mundo.Tienen que mantener la especie y por ello practican sexo casi continuado por no saber como en otras especies cuándo se programa el día fértil. No pueden permitir que la población disminuya por peleas entre familias y para ello otra vez el sexo tiene la última palabra. En este caso entre bonobas, en una placentera relación homosexual que además aleja a otro enemigo de la especie: el propio macho bonobo.

Siguiendo a Octavio Paz, que para eso lo metí en esto: es sexualidad, como lo más animal y primitivo del ser bonobo. Es poco erotismo porque no adquiere una expresión del sexo en forma de rituales, ceremonias, conquistas y normas sociales. Es amor no porque sea la combinación de ambas, sino porque contiene elementos mágicos que nadie, ni siquiera la ciencia, puede entender. Pero ellos saben lo que hacen.

José Francisco Henríquez. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Licenciado en Ciencias Económicas

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