La flaqueza de la razón nos acerca a inmensas vivencias increíbles. El furor incrementa las ganas y convierte una palomita de maíz en un almuerzo exquisito. La vida son contrastes, y sí, pensándolo bien las semejanzas privan de sustento a la vivencia.

Las discordias, si son breves, le suelen rendir honores al pensamiento. Las de mayor duración no... Conviene tener aplacado el ánimo, un mal estado suprime el entendimiento y otorga deformidad a la belleza. En fin...

La atención nace del concepto de agrado. Es, por tanto, un cariño incipiente con ganas de jugar a más. Mi amiga Silvia lo sabe muy bien, hace pocos días quedó con un caballero. Sí, la cita provenía de la atención, durante tiempo han sido palabra que desea ser hecho. Y el otro día quedaron para cenar... Estimando la reacción de Silvia, creo que a veces, amamos al primero que nos presta atención, sin tener en cuenta lo de las churras y las merinas. Sí, la flaqueza de la razón nos acerca a vivir historias increíbles, tan increíbles , que en muchas ocasiones la pena y la frustración, son el pan de muchos almuerzos.

Lo privativo no genera alegría, puede soportar contrarios, pero no supresiones. Silvia lo sabe bien... Supongo que de ahora en adelante no llamará amor a cualquier afecto leve, no verá calor en sitios templados y alcanzará la alegría de otra forma... Sí, la alegría más grande es poder hablar sin dificultad, no es tan complicado, es cuestión de ver con anticipación lo ordinario y lo extraordinario.

El metafísico alemán Georg Simmel habló de "dos estilos de existencia". Razón no le falta...

No debemos llevar la mente a las antípodas, el cuerpo es lo de menos, en el universo mental es importante el avance, jamás el retroceso. Después de cada experiencia es importante fraccionar la vivencia. Sí, al hacerlo aparece un tropel de reflexiones. Y nuevas dudas...