Julio Verne anticipa descubrimientos, inventos y logros científicos. Sus personajes son modernos, cultos y audaces. Por eso extraña que Phileas Fogg no supiera que, tras 80 días de viaje hacia el oeste, había dado la vuelta al mundo en 79 días. 350 años antes de la aventura imaginada, llega a Cabo Verde un barco con hombres de carne y hueso. No los persigue el detective Fix por un robo al banco de Inglaterra que no han cometido, sino que se la juegan de verdad porque son españoles y Cabo Verde es territorio portugués. Los tratados internacionales les prohíben navegar por aquellas aguas, pero, ascendiendo desde el cabo de Buena Esperanza, lejos de la costa africana para no ser descubiertos, mueren casi uno al día por inanición y escorbuto, así que deciden desembarcar fingiendo proceder de América. El truco no funciona y tienen que huir precipitadamente dejando atrás a 13 hombres presos, pero antes descubren algo asombroso: hay un desajuste de un día en su calendario porque al llevar meses viajando hacia el oeste y haber completado la vuelta al mundo, han ganado 24 horas al giro de la Tierra sobre su eje. Igual que Alejandro Magno se lanzó a conquistar Asia teniendo la Ilíada como lectura de cabecera, Fogg debería conocer la gesta de Magallanes y Elcano llevando como lectura de cabecera el diario de viaje de Antonio Pigafetta, uno de los 18 hombres que regresaron a Sevilla con Elcano. Sorprende que no lo hiciera. Mucho peor es que todos sepamos que Fogg ganó un día recorriendo el hemisferio norte por tierras del imperio británico en una ficción, y no sepamos que Elcano lo ganó realmente antes recorriendo ambos hemisferios en lo que fue el mayor experimento científico de la historia de la humanidad, y que demostró que la Tierra es esférica. TVE prepara una serie sobre aquella gesta, pero debe hacer más. Los telediarios deberían dejarse de chorradas como el disco de Paulina Rubio, y contarnos lo que vivieron aquellos hombres hace 500 años durante 37 meses en un mundo desconocido. Ahora navegan hacia América, aún conservan cinco naos y son poco más de doscientos hombres.