La Provincia - Diario de Las Palmas

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REFLEXIÓN

Pedir por esa boquita

Escuchaba en Radio Nacional cómo una niña norteamericana pedía un montón de juguetes y aparatos para Navidades, tantos que la lista se me olvidó cuando iban por el séptimo juguete; pensé en su soledad, porque a quien necesita tanto y tan superfluo es probable que sus padres o parientes no le dediquen el tiempo suficiente para jugar con ella, o bien que ya hayan entrado en caída libre y solo estén alimentando a una futura Paris Hilton. Pero dónde hay límite, si más bien parece que hoy en día todo es como una enorme cinta de Moebius; antes hasta la televisión tenía carta de ajuste, lo que implicaba que cesaba la programación y allí no había nada que ver, solo oír un piiii... que más bien daban ganas de salir del salón. Ahora los canales televisivos emiten las 24 horas al día, y además con la banda ancha de internet me puedo descargar series, música, jugar y hablar en red; una película que ejemplifica a la perfección ese mundo es LOL, un film francés del año 2008 que trata sobre una adolescente cuya vida se divide entre sus estudios en una prestigiosa escuela secundaria de París, su diario secreto, sus amigos, novios, sus padres divorciados, las drogas y la sexualidad. Si ahora mismo ya casi todo pasa a través de lo digital, relacionarse, comprar, el ocio, apostar, sacar entradas, billetes, etcétera, qué nos espera con la llegada del 5G, sino más de lo mismo amplificado y más veloz. Para el investigador y escritor bielorruso Evgeny Morozov, que estudia las implicaciones sociales y políticas de la tecnología, el problema de lo digital, de lo tecnológico, no es un problema de lo digital ni de lo tecnológico, sino político y económico. Que los desafíos no los provocan tanto los gadgets, las aplicaciones, etcétera, sino las relaciones de poder y el uso que se hace de la tecnología por medio de los gobiernos o las grandes corporaciones. Lo que puede abocarnos a un futuro ciberpunk. Y añade: "La tecnología no avanza por un camino prefijado, depende de factores como acceso a recursos, a fondos, las luchas de poder...". Ahora el único modo que se plantea para el desarrollo es el de las grandes compañías, y que haya más y más startups y emprendedores, como si no hubiese línea alternativa. Nadie piensa en cómo integrar la tecnología en un proyecto social y político, da igual quién gane las elecciones. Así de certero y perspicaz es el pensamiento de este enemigo de los chicos de Silicon Valley. Antes de la irrupción de tanta tecnología en los hogares, aprendías a aburrirte; hoy aprenden a aturdirse. Antes aprendías a esperar; hoy, a volverse impaciente. Antes aprendías a esforzarte; hoy, a acudir al Rincón del Vago. Quizás hoy en día aprendan a ser multitarea, pero creo que se ha perdido lo más valioso; para el escritor David Foster Wallace, "internet nos roba lo más preciado que tenemos, nuestra atención", y, consecuentemente, la concentración, además de la memoria, que cada vez se ejercita menos. Cuánta razón y alcance de miras llevaba el gran grupo musical Pink Floyd, que en el año 75 del pasado siglo, en el álbum Wish You Where Here, en el tema Welcome to the Machine, decía: "Bienvenido, hijo mío, / bienvenido a la máquina. / ¿ Dónde has estado? / Está bien, ya sabemos dónde has estado. / Has estado en la tubería, rellenando tiempo / provisto de juguetes y / actuando de boy scout...". Quizá la frase que mejor define los tiempos que estamos atravesando sea la del historiador Timothy Snyder. "La fe en que la tecnología está al servicio de la libertad facilita el camino hacia este espectáculo". Un espectáculo que más bien se agrandará y que no parece tener fin.

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