En esta era de la inteligencia artificial se persigue el desarrollo de robots autónomos, capaces de interaccionar con sus alrededores y tomar decisiones adecuadas. Algo similar ocurre con los materiales. Los materiales del futuro serán inteligentes y dialogarán con su entorno, proporcionando respuestas específicas a demandas concretas. Estos materiales ya empiezan a adentrarse en el mercado. Pensemos en el vidrio fotocrómico de una gafa, capaz de oscurecerse al exponerse a la luz solar para así proteger los ojos del paciente. Otro ejemplo son los materiales con memoria de forma. Se trata de materiales que "recuerdan" su forma y son capaces de volver a su estado original tras haber sido deformados. ¡La inteligencia de los materiales será un aspecto clave de los nuevos materiales!
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