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Martín Alonso

la mirada de andersson

Martín Alonso

Leyenda

En plena era del exhibicionismo, en los tiempos que todo lo que vale la pena en la vida -amor, amistad, familia, sexo, talento, belleza, viajar, fiestas, comidas?- se mide por el nivel de postureo, likes y ruido generado en las redes sociales, cuesta encontrar una leyenda. Hoy, donde todo es de usar y tirar, justo cuando importa más el aderezo que la trama, la muerte de Kobe Bryant da un poco de sentido a nuestra existencia.

Kobe Bryant pasó por este mundo como un relámpago. Saltó del instituto, sin escala, a la NBA. Jerry West lo enroló en los Lakers con tan solo 17 años. Fue, en su momento, el jugador más joven en debutar en la liga. Lo ganó todo -cinco anillos de campeón, dos medallas de oro olímpicas-. Pulverizó récords. Solo defendió, en 20 años de carrera profesional, una camiseta: la oro y púrpura de la mítica franquicia de Los Ángeles. La noche de su despedida anotó 60 puntos. Y murió con tan solo 41 años.

Pero Kobe Bryant fue mucho más que un excepcional jugador de baloncesto. Se convirtió en un héroe junto a Shaquille O'Neal -a las órdenes de Phil Jackson- cuando los Lakers ganaron tres anillos consecutivos -entre 2000 y 2002-. Fue señalado como el villano de la película cuando aquella dinastía se descompuso tras perder las Finales de 2004 contra los Pistons de Detroit. Convirtió el juego en una cruzada contra el mundo cuando fue acusado de violación en Colorado -"cada partido suyo es un ejemplo de un negro luchando por su libertad", como lo definió David Chapelle en un monólogo-. Metió a los Lakers en Playoffs con Smush Parker y Kwame Brown como base y pívot, respectivamente, titulares de su equipo. Él solo anotó una noche 81 puntos -lo hizo contra los Raptors y con Smush Parker y Kwame Brown como base y pívot, respectivamente, titulares de su equipo, 81 puntos-. Resucitó a los Lakers junto a Pau Gasol y Lamar Odom -otra vez a las órdenes de Phil Jackson- para conquistar otras dos veces la NBA. Y batió a los Celtics en una final épica, con todo lo que eso significa en California.

Kobe Bryant es una leyenda por todo eso, pero sobre todo porque nos emocionó: nos hizo saltar, trasnochar, soñar, gritar, reír, llorar, disfrutar. Lo hizo en nuestra adolescencia, en nuestra juventud y en nuestros primeros pasos por la madurez. Lo logró a base de talento y perseverancia para superarse a sí mismo. Kobe, en definitiva, nos hizo sentir vivos. Ya es eterno.

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