El mundo de los eSports ha evolucionado rápidamente en los últimos años y yo como gamer con 31 años he podido ver cómo evolucionan los juegos, los equipos, competiciones, incluso los entrenamientos que se llevan a cabo para rendir al máximo en el videojuego. Ahora existen más facilidades, se pueden acudir a academias donde utilizan los videojuegos como un contenido transversal con el que podemos aprender nuevos contenidos, incluso se imparte formación que abarca ámbitos que afectan al jugador ya sea la nutrición, la actividad física, nuevas profesiones, comunicación etc.

Por suerte, durante mis años como jugador he podido afrontar dos grandes retos para mi, que se basaban en utilizar los videojuegos como una herramienta educativa, uno de ellos es la experiencia que tuve con un joven bajo medidas judiciales y que tenía problemas familiares, con él surgió la oportunidad, a través de Esport Talent Canarias, de enseñarle una serie de valores a través de los videojuegos (educación, respeto, trabajo en equipo, idiomas), ya que era algo que le gustaba y fue la motivación del cambio. En la actualidad ha vuelto a recuperar los estudios y sigue jugando de manera responsable. El otro de mis retos es el de Jorge, un chico con Síndrome de Down que lo da todo en el campo de juego virtual, ha sido capaz de seguir unos entrenamientos en los que colaboraba cada semana usando el espacio de eSports del Museo Elder y aprende técnicas y tácticas principalmente del FIFA conmigo, pero su motivación por aprender le llevó a ser campeón invicto del torneo Movistar NBA2K gracias a que se adaptó al gigante virtual del baloncesto en pocos días. Igualmente hace deporte y le encanta la música. Los deportes electrónicos son inclusivos y tienen cabida jóvenes como adultos, chicos y chicas. Además, tengo la suerte de tener dos hijas, una de ellas tiene 8 años y comparto espacio digital con ella, le enseño y compro juegos que son adecuados para su edad y además la guío a usar contenidos online, por ejemplo, en la plataforma de YouTube. Los padres deben acompañar a sus hijos en este nuevo entorno de diversión y conocer ese mundo que le resulta extraño pues no han nacido con ellos y sus hijos sí. Ya no digamos los pasos educativos y deportivos que están desarrollando las universidades americanas como la del Estado de Illinois que ha creado una comunidad gamer saludable dentro del ecosistema de las competiciones deportivas y teniendo su propio espacio para poder integrar mas estudiantes en el nuevo modelo de competición universitario.

Asimismo, podemos ver cómo los deportes tradicionales más demandados por la sociedad están complementando sus competiciones con eventos de eSports. Hace unos días pudimos ver la presentación de la Real Federación Española de Fútbol y el Grupo Planeta de la eCopa de fútbol, que acogerá a todos los aficionados del fútbol virtual gracias al juego FIFA. Otras evidencias del gran crecimiento de los deportes electrónicos en el terreno tradicional es la inversión que están realizando profesionales del fútbol como Antoine Griezmann con su hermano en su propio equipo Grizi Esports, incluso la afición del jugador a los videojuegos le ha llevado a celebrar varios goles con famosos bailes del Fortnite. Es un deportista y si realmente fueran dañinos no lo promocionarían, simplemente les da un valor añadido. En Canarias presumimos de dos principales equipos, la UD Las Palmas y el CD Tenerife, que tienen sus propios equipos de eSports y hace unas semanas pudimos disfrutar de un #DerbiCanario. Estos ejemplos nos demuestran que la cultura del juego digital convive en espacios tradicionales, incluso en las arenas del deporte rey.

Sin duda, el sistema del deporte tradicional es el que se ha extrapolado a los equipos de eSports profesionales, al menos de momento, entrenan la técnica y la táctica, lo mental y lo físico, eso sí, adaptando cada apartado a lo que se necesite. Yo de momento aprovecho la fortaleza de los deportes electrónicos para seguir transmitiendo los valores que he aprendido a lo largo de mi humilde experiencia de gamer.