Han transcurrido seis meses desde la Declaración de Patrimonio de la Humanidad de Risco Caido y las Montañas Sagradas de Gran Canaria y cinco meses de los dos últimos incendios, habiendo participado de la alegría y orgullo del primer acontecimiento y del sufrimiento y consecuencias de los incendios, junto todos los vecinos de Juncalillo.

En este sentido quiero partir de la realidad de que tanto Juncalillo, desde la cumbre hasta las presas (El Tablao, Retamal, La Plaza, Barranco Hondo...), así como Fagagesto y Caideros, no estamos incluidos en la Declaración de la Reserva de la Biosfera, ni en la Declaración del Parque Nacional de las Cumbres de Gran Canaria, sin que conozcamos las razones; aunque una parte, Barranco Hondo, sí lo está en la Declaración de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria. Un asunto a aclarar y resolver.

No obstante, quiero hacer extensivo un pensamiento que compartimos muchos vecinos y que, a través de las Asociaciones de Vecinos Los Solapones e Imidaguen, hemos hecho llegar al Ayuntamiento de Gáldar y al Cabildo de Gran Canaria, al tiempo que ofrecíamos nuestra colaboración y compromiso ciudadano.

Con respecto a los incendios, Ayuntamiento y Cabildo están poniendo los medios para la limpieza de carreteras y caminos, así como la ayuda a los damnificados. No obstante, hemos ido más allá, pensando que nuestra condición insular y nuestra orografía nos obliga a plantearnos tipos de infraestructuras de emergencias singulares y más inmediatas, con mayores caudales de agua y accesibles, proponiendo un estudio de viabilidad de la siguiente idea:

a) Establecer estanques cerrados reguladores contra incendios forestales, ubicados de forma estratégica y, donde sea posible, balsas- estanques reguladores.

b) Aprovechar las vías de comunicaciones (carreteras, pistas, caminos vecinales, zonas de pastoreo) existentes en las zonas de riesgo para llevar una canalización desde los estanques, a lo largo de las mismas, con tomas a las distancias que los técnicos determinen oportunas, en sustitución de los camiones de bomberos, muy pesados y lentos. Los propios cortafuegos podrían servir para dichas canalizaciones y la instalación de mangas de agua en las mismas.

c) Con esta idea se puede aislar, en primer lugar, los núcleos poblacionales y, también, debidamente parcelada, la masa forestal. Esto se complementaría con helicópteros de mayor capacidad, como el que el Estado mantiene en Tenerife, KAMOV, en número necesario a cada Isla, más los ya disponibles por los Cabildos. Desconocemos si esta propuesta ha sido tenida en cuenta.

Con respecto a la Declaración de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, es necesaria la participación de la sociedad civil, más allá de algún movimiento instrumental necesario para cumplimentar las condiciones de la UNESCO; una participación real en colaboración para el Plan de Uso y Gestión de las zonas afectadas que, en cualquier caso, entendemos debe ser interdisciplinar y estar presente, con las instituciones afectadas, colectivos ecologistas y de la Reserva de la Biosfera, así como agricultores y ganaderos y profesionales cualificados, sin dogmatismos de ningún tipo. Deseo hacer extensivas algunas ideas que hemos pensado para nuestros parajes y barrios, uniendo demografía, territorio y recursos, con el objetivo de mantener la población actual y atraer a jóvenes de familias que se vieron obligadas a emigrar, u otros interesados

Se antoja necesario evaluar los recursos naturales y estructurales con los que contamos; empresas y actividades que se realizan en la zona y su relación entre ellas y con el exterior; recursos intangibles como el paisaje y el cielo; así como recursos etnográficos, arquitectónico y arqueológicos.

Creación de un archivo que nos permita recoger y categorizar documentación y elementos que tengan que ver con la historia y cultura de todos los caseríos de la comarca, sus actividades, su papel en la producción y recursos, fundamentalmente del agua, sus bancales y sus escorrentías.

Con ello, estaremos en condiciones de elaborar un plan integral de acción que nos permita el enraizamiento de la población existente, con vida socio-económica, la conservación medioambiental del Espacio Sagrado y un futuro más digno para sus habitantes.

Por un lado, se ve necesario contemplar la recuperación de bancales y escorrentías para el aprovechamiento de aguas de lluvia; recuperación de caminos y senderos antiguos que permanecían ocultos y que los últimos incendios han destapado; creación de central de compra y comercialización, o en su defecto cooperativas y SATs (Sociedades Agrarias de Transformación), propias.; potenciación de mercadillos, coincidiendo con las cosechas de los productos más significativos de cada una de las zonas; sistemas de depuración naturales; arropar a las pequeñas industrias de transformación y de servicios.

Por otro, un plan de oferta turístico-cultural, obligatoriamente vinculado a la población y modo de producción, siempre de forma complementaria y singular que incluya alojamiento y rutas de senderos, miradores del paisaje y observatorios de estrellas.

Se trata de poner, realmente, en valor las dos potencialidades de la zona y de sus habitantes de forma sostenible, aprovechando el reclamo que la Declaración de Risco Caído supone.

Los productores agrícolas y ganaderos de la zona se ven imposibilitados, no solo de capitalizarse, sino de vivir con la dignidad deseable, por las limitaciones que la PAC y la OMC imponen. No se trata de subvencionar su subsistencia, sino de buscar salida comercial al margen y contra el sistema de imposición de precios, actuales, a través de las SATs.

La condición de comunidad turística que ostentamos, en un mundo de competencia total, nos obliga a distinguirnos protegiendo lo que de original tenemos, en este caso cultural y medioambiental, como forma de selección de un turismo de mayor poder adquisitivo. De lo contrario nos convertiríamos en un parque temático para turismo de masas y, como siempre, en manos de especuladores que acabarían suplantando a los lugareños y despersonalizando el destino y, permítanme la ironía, convirtiendo las cabezas de ganado en hoyos de golf.

Entiendo que singulares y valientes deben ser las acciones políticas administrativas a tomar, así como la participación activa de los ciudadanos y que los vecinos de Juncalillo hemos hecho patente y, por tanto, merecedores de tenerse bien presentes. Creo merecedores de nuestro especial agradecimiento a Juan Cubas, quien destapó la cueva de Risco Caído, y Julio Cuenca, que apostó desde un principio por su investigación.