Los agujeros de gusano es lo que tienen. En la Universidad de Chochos y Pejines de la Mar Océana (UCPMC) hemos constatado un viaje intedimensional con todos los gastos pagos. Pero dejemos que sea la protagonista quien nos ilustre. La reina del Carnaval toma la palabra. "Pues esto es fácil. Le dije a la primera dama que me agarrara el cetro y entré en uno de los baños químicos del parque. Noté como una sacudida y pensé, 'ya está alguno con tres cubatas arriba haciendo el bestia'. Pero no. Cuando salí, todo era distinto". ¿Distinto en qué sentido? "Pues mire, sonaba una canción que jamás había escuchado... Algo así como 'mami qué será lo que quiere el negro'. Muy políticamente incorrecta. Además, noté mucho calor humano, pero mucho. Había algo que llamaban mogollón y los seres que allí se arremolinaban llevaban por nombre 'mascaritas'. Había algunos disfraces muy conseguidos, otros se habían puesto lo primero que habían sacado del ropero de su madre... Y ahora sí que van a flipar: ¡No tenían móvil! ¡Hablaban y se miraban a la cara! Bueno, y otras cosas, porque había, cómo decirlo, mucho acercamiento, ejem". Hemos concluido que la reina ha viajado a los carnavales de los años 90, no sabemos bien a cuál. Ella habla de los chiringuitos del Parque Blanco como si fueran el paraíso en la Tierra... Pero, ¿a dónde va, querida? "Me voy al agujero de gusano, mi niño, que quedé con un pibito skatero".