El próximo miércoles 26 de febrero se cumplen los 137 años en que se colocó con toda solemnidad, la primera piedra de las obras del actual Puerto de Refugio de La Luz a la entrada del muelle de Santa Catalina, en una ceremonia presidida por las primeras autoridades de la ciudad y la Isla y con la asistencia del Obispo de la Diócesis Don José Pozuelo, que bendijo el comienzo de este magno recinto con la asistencia de numeroso público.
Ha pasado casi siglo y medio y la gigantesca bahía de Las Isletas se alza como una impresionante obra en pleno Atlántico Medio, con algo más de 12 kilómetros de líneas de atraques en sus muelles y cuatro dársenas desde el antiguo muelle Grande hasta la nueva ensenada de África al poniente y una espléndida zona de fondeo desde la Punta del Nido hasta el Castillo de San Cristóbal.
Junto a ello casi medio millar de concesiones en las superficies terrestres que se han ido habilitando con el paso del tiempo y que convierten a este recinto en la primera industria de la Isla y en la fortaleza de la primera capital del Archipiélago como es Las Palmas de Gran Canaria.
Por todo ello, debemos de sentirnos muy orgullosos que aquel primer esfuerzo encabezado por las fuerza vivas de Gran Canaria en la segunda mitad del siglo XIX, para que nuestra urbe contara con una gran rada, no ha sido baldío como se ha demostrado con el paso de estos 137 años, ante la gran realidad que contemplamos hoy día para satisfacción de todos. No olvidemos que el puerto de La Luz es quien ha hecho la capital con el paso de los años y a su vez la propia ciudad le ha devuelto al recinto portuario su grandeza y solera. Y lo más sorprendente es que todavía no hemos echado la última piedra, toda vez que el gran puerto de Las Palmas sigue creciendo en sus muelles y explanadas antes las exigencias del tráfico marítimo, no solo de cabotaje nacional sino internacional.
