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El siguiente gran paso de los eSports: su regulación

Año 2008: "¡No te vas a ganar la vida matando marcianitos!", año 2020: "¿Has pensado en dedicarte a los deportes electrónicos?" Esta es posiblemente una de las mayores ironías que tanto veteranos como rookies tendrán que enfrentar si quieren dedicarse profesionalmente al sector. Algunos nostálgicos recordarán con cariño (o no tanto) las etapas que han atravesado los eSports hasta llegar a alcanzar su adolescencia empresarial como industria, lo cual ratifica, no solo la buena salud de la que dispone el ecosistema, sino también, el enorme trabajo que ha realizado la comunidad gamer hasta el momento; y que, gracias a ellos, hoy estamos aquí, disfrutando de todas las oportunidades que presenta el apogeo de la "fiebre de los eSports" en nuestro país.

Sin embargo, en este largo proceso de consolidación económica y empresarial, que ha permitido convertir a un pequeño subsector de la industria del videojuego en uno de los mercados con mayor proyección de negocio del momento, y que, además, este 2019, rompió la barrera de los 1.000 millones de dólares a nivel mundial y se postuló con una audiencia de más de 450 millones de personas alrededor del mundo, surgen otros problemas que frenan el desarrollo del sector y que, con total seguridad, representan el próximo reto del ecosistema: su regulación.

Y aunque si bien es cierto que nuestro ordenamiento jurídico es suficiente para responder a las necesidades más inmediatas del sector, el mismo es ineficiente en materias concretas, razón por la cual la industria se seguirá viendo lastrada al no poder ofrecer un marco de seguridad jurídica plena para todos los agentes que componen la cadena de valor del mercado. A este último respecto, los principales problemas que aborda el sector son: la necesidad de una normativa laboral específica para los jugadores profesionales, más allá del Estatuto de los Trabajadores; la gestión y reparto equitativo de los derechos de explotación audiovisual de las competiciones por todos sus participantes; evitar las concentraciones de verticalidad de la industria, que invitan a la creación de monopolios empresariales, los cuales, afectan al derecho de la competencia; asegurar la integridad de las competiciones y abordar la transferencia y explotación de los derechos de propiedad intelectual; facilitar la entrada de talento a nuestro territorio y con ello resolver concretos aspectos fiscales, mercantiles y de extranjería, especialmente, en la contratación de jugadores internacionales; entre otras.

Son precisamente estas carencias legislativas propias de todo fenómeno emergente, unido a la patente complejidad del sector lo que ha invitado a grandes firmas de abogados, como Auren España, a entrar al ecosistema y aportar su experiencia en el sector del nuevo entretenimiento. Y disponer, asimismo, de una nueva figura novedosa en derecho: el abogado especializado en Esports y Gaming, como rama jurídica multidisciplinar. En nuestro caso concreto, la sección de Esports Business and Law, se encuentra integrada dentro de nuestro Departamento de Media & Technology, una división compuesta por profesionales experimentados dentro del mundo del derecho digital y del entretenimiento de nueva era.

No es desconocido por nadie que este año vaticina importantes cambios para el sector en nuestro país: grandes proyectos nacionales; eventos para el desarrollo del tejido empresarial; nuevas competiciones; la reestructuración de las ligas nacionales e internacionales; entre otras. No obstante, son precisamente estas iniciativas las que pueden suponer un importante punto de inflexión en la madurez de la industria y para cuyos cambios, Auren, estará preparado para asumir cualquier reto que se presente en el ecosistema, siempre desde la responsabilidad corporativa que nos define como firma, y en aras de contribuir activamente al desarrollo y seguridad jurídica de los esports en España, cuyo siguiente gran paso es, sin lugar a dudas, su regulación.

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