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OPINIÓN

Fuerte ERTE

La aparición de Pedro Sánchez el pasado martes día 17 anunciando la movilización de 200.000 millones de euros, para ayudar a paliar los efectos económicos de la pandemia por corona virus, se ha venido desinflando minuto a minuto. Se ha desinflado a la baja, por ser totalmente inciertas, parciales, y, en algunos casos, hasta poco verdaderas las ayudas prometidas por el Gobierno.

Al alza también se han desinflado, por ser muy superior a aquella cantidad el descalabro económico que los trabajadores, autónomos y pequeños empresarios van a sufrir estos meses. Muchos de estos agentes económicos directamente desaparecerán.

Estoy hablando de dinero y economía, y pido disculpas y dejo a salvo el homenaje que debemos a todos los sanitarios, abastecedores y guardianes de nuestra vida, amén de honrar a los que nos abandonan en silencio y soledad.

Corren por las redes diversos wasaps de autónomos y de asesores fiscales y laborales llorando, literalmente, por el galimatías que el Gobierno ha creado estos días mediante sus decretos. La comparecencia de Pedro Sánchez del sábado, anunciando el ya famoso permiso retribuido, no ha hecho más que crear confusión y dar más argumentos al funcionario cartesiano para denegar muchos de los ERTE que vayan llegando, argumentando que "ya tienen bastante con el permiso retribuido". Ya sabemos que, al igual que los políticos, un funcionario administrativo siempre tiene "un problema para cada solución". Que me disculpen las individualidades.

Se parte de una falacia: la de que los trabajadores se van a casa con permiso retribuido y las empresas siguen funcionando, y generando ingresos, por sí solas, como si esto fuera real y posible.

La norma de actividades esenciales del pasado 16 de marzo dejaba a un lado de esa lista muchas actividades (ejemplos: no estaba en ella el abogado de familia al que no viene nadie a consultar, ya que sus clientes tienen prohibido circular por la calle; no estaba en la lista la constructora de obras, que sí podían trabajar, pero en muchos casos su cliente, un restaurante por ejemplo, cerraba y ya no les dejaba entrar a la obra); y también dejaba al otro lado las actividades verdaderamente esenciales, las que no pueden cerrar en ningún caso por estratégicas. Parece claro que hay fuerza mayor directa y fuerza mayor sobrevenida, que no se contempla.

Del mismo modo, en aquellas normas, no sabemos bien cuál y cuánta administración (¡y procesos!) era esencial y cuál no; lo mismo en la banca, seguros, suministros, abastecimientos, etc.

Más ejemplos y casos. Las agencias inmobiliarias, en concreto, no aparecen en la lista como obligadas a cerrar, por lo que el funcionario celoso podrá denegar su ERTE por fuerza mayor. Sin embargo, no pueden trabajar ni realizar una sola operación. Pueden hacer marketing por vía telemática, pero las operaciones, las que generan ingresos, sólo se pueden hacer por vía presencial, haciendo visitas, firmando contratos y escrituras.

Y así tenemos muchos casos y sectores. Tendrán que esperar a ver cómo demuestran en abril que en marzo han tenido un descenso de actividad del 75%, además de ser "muy mal visto" por la administración a tenor de las medidas de este último fin de semana (prohibición de despidos, endurecimiento de los ERTE y/o ERE por causas objetivas? y el discutidísimo permiso retribuido).

En el orden práctico, parece que habría sido mucho más eficiente y ágil manejar las ayudas por otro conducto administrativo en lugar de los ERTE y las especiales ayudas a los autónomos. Si me hubieran preguntado ésta habría sido mi propuesta: gestionar estas situaciones mediante el sistema administrativo y telemático de las bajas por enfermedad de la Seguridad Social, en un proceso análogo pero por el mismo conducto.

Me explico: las bajas médicas, una vez que se mecanizan, generan todo un proceso automático de cobro por el trabajador o autónomo y descuentos en la empresa y/o las cotizaciones. La SS tiene en su base de datos el código CNAE de todas las empresas y de todos los autónomos. Basándose en tales códigos CNAE podría haber determinado el Gobierno qué actividades deben cerrar y cuáles no.

Con una clave especial generada para esta emergencia, y por el mismo sistema que se mecanizan las bajas por enfermedad (y por ello se generan las prestaciones en baja tanto de trabajadores como autónomos, y se hacen descuentos en las cotizaciones de las empresas), por el mismo sistema, digo, se generarían las ayudas específicas diseñadas en esta emergencia para trabajadores y autónomos y empresas.

Este sistema está totalmente mecanizado y funciona a través del sistema RED de la Seguridad Social desde hace años, al informar para los TC de las empresas. Inmediatamente, cada organismo responsable de cada ayuda transferiría los fondos utilizados a la Seguridad Social.

Se está hablando de trámites por vía telemática, pero millones de personas no tienen certificado digital. La administración pública continúa exigiendo certificados digitales imposibles de obtener en este momento para quien no lo tuviera previamente. Igualmente, la administración instala sedes, plataformas y procedimientos farragosos, difíciles y poco amigables, sin ayudas para ciudadanos no informáticos. La administración canaria tiene plataformas electrónicas como la de los ERTE que obligan a pasar por 12 o 14 pasos firmados digitalmente uno a uno. Otras plataformas se colapsan directamente cada trimestre.

Al mismo tiempo, en la administración canaria no existe ningún teléfono conocido de asistencia directa en temas informáticos. Del mismo modo, es difícil o casi imposible acceder a ninguna ayuda o información telefónica de ningún otro tipo, ya que los teléfonos casi nunca contestan o le dicen que "todos los operadores están ocupados, le rogamos vuelva a llamar pasados unos minutos".

Por supuesto, y aquí somos comprensivos, en estos momentos de emergencia la situación descrita se agudiza hasta el colapso. Pido disculpas por poner a la administración canaria como ejemplo.

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