Apesar de vivir aislados en este archipiélago, la crisis sanitaria no ha dañado el abastecimiento ni la cadena de suministro, aunque sí una parte de la actividad portuaria. Se trata de un trabajo silencioso, como ya es tradición en el Puerto, de consignatarios, estibadores, transitarios, transportistas, proveedores, armadores, petrolíferas, terminales de contenedores e incluso del sector reparaciones navales.
Esa es la parte más satisfactoria de disponer de un puerto con una estructura logística robusta, que no sólo abastece a los ciudadanos canarios, sino a los millones de turistas que nos visitaban cada año. Los canarios lo valoramos en su medida, por lo que hoy no es necesario sacar pecho por una actividad que nació con el deber de ser una herramienta útil para el elemento insular. Sí quiero exponer de forma breve la situación en la que están quedando los principales sectores del Puerto de la Luz y cómo podría ser a su salida de la crisis.
El tráfico internacional de contenedores ha sufrido un ligero decrecimiento, similar otras fluctuaciones, porque la gran maquinaria que manejan las grandes navieras necesita un tiempo para que se muestren los cambios, tanto en la frenada como en el reinicio. Lo cierto que el suministro internacional está garantizado y navieras como MSC están dando facilidades para aplazar la entrega de contenedores en algunos puertos el mundo, como el de Las Palmas.
El tráfico interinsular de contenedores es sin duda la otra pieza fundamental para garantizar el abastecimiento. La crisis ha dejado a las navieras con sólo la mitad de su actividad (la carga) ya que el pasaje ha desaparecido. Han perdido la Semana Santa, que era una de las épocas claves del año, y hay una gran incertidumbre de cara al verano. Un problema añadido que tienen es que se han convertido en agentes financieros del Gobierno de Canarias, porque adelantan los descuentos de residentes y el pago del Gobierno se dilata de manera insostenible para las navieras.
Sí, quizás el pasaje sea de los sectores que más tarden en recuperarse, como sabe en carne propia el sector de los cruceros. La temporada de inverno en Canarias va a acabar con buques de crucero pidiendo refugio para pasar la pandemia y con un horizonte desalentador. También está pidiendo el amparo del Puerto las embarcaciones del sector off-shore, que deben ser atendidas tanto en los buenos como en los malos tiempos. La administración seguro que entiende que un puerto está precisamente para esto, para buscar soluciones a los navieros y operadores.
Por último, aunque la pesca y el bunkering han registrado un ligero descenso, se estima la recuperación rápida de este tráfico por la posición estratégica del Puerto y por su capacidad logística.
El Puerto siempre ha sabido adaptarse a los cambios y a la crisis, y esta no va a ser menos para enseñarnos cómo ser más competitivos.
