Querido amigo, algunos políticos son como el tiburón tigre, que duerme con los ojos abiertos para estar al acecho.
Mucho se ha dicho que los cargos públicos deberían limitar su tiempo de actividad, pero, como quiera que son ellos los que lo deciden, es poco probable que ninguno quiera renunciar a esa mamandurria, y ahí los ves una y otra vez cuando convocan elecciones.
Son los mismos de siempre, y permanecen vigilantes en la sede de los partidos esperando que les llegue la oportunidad de volver a la lista de candidatos sin importarles cómo ni con quien.
Incansables, van preguntando al secretario de turno: ¿Qué hay de lo mío??, y así día a día, mes a mes y año tras año tengan la edad que tengan que, para el caso, poca importancia tiene.
En Canarias tenemos políticos que llevan subidos al carro de lo público desde que llegó la democracia. Van pasándose de consejería y el que hoy es consejero de deportes mañana puede ser el de agricultura.
Recuerdo que una mañana tuve que ir a Tenerife a entrevistarme con el Consejero de Cultura, y cuando llegué me dijeron que ya no estaba, que la noche anterior había pasado a ser Consejero de Seguridad? Pero que, si quería verlo, estaría aquella misma tarde en La Laguna dando una conferencia sobre seguridad vial?
Lo curioso es que tampoco tenía ni idea de cultura, y cuando le preguntaba algo relacionado con el tema, se le veía más perdido que un lunar en el culo de un negro?
Dicen que algunos toreros cuando rematan una buena faena y el público enfervorizado les aplaude, sienten tanta excitación que les produce un orgasmo.
Algo así debe pasarle a un diputado cuando en el Parlamento se dirige al tendido en nombre del pueblo que representa y dice: "No permitiré que nadie se quede con el dinero del contribuyente?", a lo que luego le sigue el aplauso cerrado de sus afines en la bancada.
Debe ser eso lo que llaman erótica del poder, pero habría que tener en cuenta que los orgasmos femeninos son más largos y reiterados que la eyaculación masculina, que es más corta y que para repetirse necesita de un tiempo de recuperación? Así que, tendremos que acostumbrarnos a seguir viendo a los diputados durmiendo en sus escaños después de hacer el esfuerzo, mientras las diputadas siguen hablando y disfrutando desde la tarima de oradores.
Los españoles nunca habíamos vivido una crisis de estas dimensiones desde la Guerra Civil, pero parece que nuestros políticos no se lo están tomando en serio, y siguen culpándose unos a otros sin que ninguno proponga una alternativa.
Pero, si el caos es tan grave como se barrunta, Gregorio, mejor será morir sedado en la cama de un hospital antes que morir de hambre en la calle.
Como decía De Gaulle," La política es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos?"
Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.
