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PIEDRA LUNAR

Primer aniversario de Montañas Sagradas

Con equivalente emoción a la que hace un año volcábamos en esta columna el texto Viendo pasar la historia, el mismo día de la declaración de Risco Caído y Montañas Sagradas de Gran Canaria como Patrimonio Cultural de la Humanidad, hoy realizamos unas reflexiones, haciendo un somero inventario de los acontecimientos ocurridos en este escenario de privilegio, con la perspectiva que ofrece el ser patrimonio de la humanidad planetaria.

Los aniversarios, sea cualquiera su número, son referentes para, como hacían los romanos en los trayectos de las calzadas, poner un hito hincado al borde del camino y así medir el espacio y el tiempo transcurridos, y seguir mirando hacia adelante con la ilusión de seguir afrontando los tramos pendientes.

En este primer año, podemos constatar luces y sombras en el contexto de la feliz declaración. Si aplicamos en el análisis la metodología "Dafo" (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades), podríamos hacer una foto de la actual realidad. No hay que esperar a otro tiempo. Las observaciones, aunque haya que recurrir a decisiones provisionales, deben hacerse en el proceso de trabajo y no esperar a una supuesta autocomplacencia con final triunfante.

No podemos obviar que este primer año ha sido muy convulso, y el previsto desarrollo de una marcha triunfal pronto se vio torcido por razones humanas y naturales. Las Montañas Sagradas están enclavadas en un espacio medioambiental de alto valor natural, ecológico y etnográfico. Si estas evidencias se han valorado como una fortaleza, la gran debilidad radica en una secular falta de prevención que se puso de manifiesto ante los incendios ocurridos en las cumbres centrales, con un suelo de pinares cargado de pinocha y de material inflamable. Una cumbre así es vulnerable por los cuatro costados. Esta debilidad es, además, una amenaza si no se pone remedio a que un paisaje, extremadamente protegido mediante una enrevesada normativa leguleya, se restituya como paisaje agropecuario. ¿Qué se está haciendo al respecto? ¿Cuál es la didáctica específica que se lleva a cabo con la población, tanto la radicada en el propio entorno como con los usuarios provenientes del resto de la isla? Hay que ver cómo los moteros, organizados en asociaciones deportivas, afluyen sin compasión los fines de semana por esas cumbres incontroladas.

A los dos macroincendios, planteados como debilidad, con responsabilidades particulares (léase el cable de conducción eléctrica en contacto con la copa de los pinos), e institucionales (falta de limpieza en el área de pinares), sucedió un raro fenómeno meteorológico como la invasión de la calima de finales de febrero que mermó extremadamente la precaria economía de la zona, así como la sequía que nos atenaza. A todo ello, se suma una pandemia, de la que no ha escapado nadie.

Sin embargo, han sucedido otros hechos significativos de potenciación del patrimonio intangible con apoyo institucional como fue el estreno de una cantata, en un marco lírico-musical, y la publicación de un opúsculo etnográfico referido a la alfarería de Lugarejos. A ello, hay que sumar otros de corte literario como los relatos que giran en torno a la figura de Zaragoza, la mujer que hablaba con los muertos. Con el camino trazado de manera somera y con el símbolo estrella como es la creación del centro réplica de Risco Caído en el casco de Artenara, podríamos plantearnos dónde estamos, quiénes somos, a quiénes tenemos alrededor y hacia dónde nos dirigimos. La creación del Instituto insular en el que confluyen la gestión de Montañas Sagradas y la Reserva de la Biosfera, es una oportunidad para la cimentación de un futuro que aún está por escribir, pero que no hay que soslayar un ápice. Cuando aún queda mucho camino por recorrer, debemos evitar los falsos optimismos. Las debilidades y amenazas indicadas tienen que tener una urgente respuesta en la acción con el lema "manos a la obra", para consolidar fortalezas y oportunidades.

Como colofón a estas reflexiones de aniversario, hemos de recoger la alegría con la que algunos movimientos de matriz ecológica han entrado a limitar la instalación de un radiotelescopio en el central municipio cumbrero. Aparte de negar la investigación científica sobre cambio climático, placas tectónicas y su vínculo con el firmamento, desde un ámbito que no puede estar en las nubes, se ve un freno a un aspecto económico de la localidad artenarense. Toda comunidad tiene una culebrilla que asoma la cabeza de manera espontánea cuando la ocasión lo requiere. En este caso, la tal culebra u ofidio que se mueve de manera subterránea, ha llegado a plantear, con su lenguaje serpenteante, la declaración de instituciones "non gratas" a estos movimientos que, en su ideología iluminista pero no asentados en la realidad, de manera irresponsable limitan el desarrollo sostenible de ciencia y economía.

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