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Apuntes

Bananaria se despereza

Canarias es una RUP de la UE, una región ultraperiférica, lo que antes se llamaba Ultramar, más allá del mar, más o menos; al otro lado del mar. Pero es Europa, aunque a veces no lo parezca. En fin?, que las prioridades de la Unión tienen que ser las prioridades de cada uno de sus miembros, y de cada una de las partes o divisiones territoriales de sus 27 socios. Las singularidades canarias están muy bien. Como decía el canciller Bismark, y recordaba Hassan II cuando se hablaba de las frecuentes tiranteces entre España y Marruecos, "la geografía es el único factor inmutable de la historia". Y ojalá siga siendo así y las Islas sigan donde están y el Teide o la Caldera de Taburiente continúen sin estallar.

La Pandemia, que no acaba de terminar por la indómita estupidez humana, ha sido esa oportunidad que dicen los optimistas que encierra cada crisis. En la Gran Recesión de 2008 hasta casi ayer, los que tenían que aprender la lección lo dejaron para más adelante. Las ayudas públicas, las de Bruselas y las nacionales, se dirigieron fundamentalmente al tijeretazo presupuestario. Los recortes se cebaron con el estado de bienestar -sanidad, pensiones, educación, dependencias, viviendas?- con la clase media, a la que se ordeñó peligrosamente, y con la gente corriente. La famosa oportunidad dentro de la catástrofe la tuvieron los ricos, que se hicieron más ricos; mientras que los pobres se hicieron más pobres: es la llamada brecha social sobre la que han prevenido grandes economistas como Stiglitz y Krugman (y otros muchos) y, a la vista de los resultados de la anorexia forzosa, diversos organismos internacionales políticos y económicos y las propias instituciones de la UE.

Pero, por fin, la emergencia sanitaria y económica provocada por el coronavirus - que ha golpeado fuertemente al Viejo Continente - ha logrado el milagro: que la Unión responda con un impresionante plan de reconstrucción pionero en su historia para ayudar a los estados según su grado de damnificación. A España le han correspondido, entre transferencias y créditos, unos 147.000 millones de euros.

En principio se han establecido unas prioridades, muy razonables, en cuanto a las inversiones. Un programa especial para el sector sanitario -enmienda pues a la totalidad de los recortes anteriores, tan aplaudidos por el capitalismo de amiguetes-, el fomento de la digitalización, la transición ecológica?

Es en este contexto, y mientras la sociedad isleña aún no se ha recuperado y sigue teniendo sobre su cabeza la espada de Damocles de una segunda oleada, cuando parece que vuelve a desperezarse la inevitable Bananaria, coincidiendo, anacrónicamente, con un gobierno de amplia base que parece tener la ideas claras. Pero tener muchas ideas, y tener en cuenta las circunstancias y no solo la fe del carbonero y la astucia del pillo, es un peligro serio para el que tiene una sola, y muy fija. La transición ecológica es un concepto claro, conciso, concreto. Incluye las llamadas energías limpias o renovables. Pero integra igualmente una filosofía verde de pensamiento, palabra y obra. Esta transición hacia el mañana necesita asimismo una revisión del modelo de desarrollo y del trato al territorio. No se trata de sustituir los ladrillos por coliflores, claro. Ni de dar un salto en el vacío sin que exista una capacidad de generación de energía transparente y almacenamiento adecuada. Pero ya vuelven los rumores sobre esa ocurrencia de una mega-central eléctrica de gas en La Isleta? que mientras los vientos alisios no cambien del norte al sur, vomitará los humos sobre todo el área habitada de la costa este y en especial de la capital grancanaria.

En cuanto a la digitalización ya hemos visto el fracaso sin paliativos, incluido el ámbito universitario, que se ha quedado como el rey del famoso cuento: desnudo. Muchos científicos, como el profesor Francisco Rubio Royo, llevan años -se lo oí hará dos décadas en una conferencia a empresarios- diciendo que digitalizar no es solamente comprar un ordenador. Fue cuando nos puso el ejemplo de la Chicago Ice Company, que a pesar de que sustituyó los carruajes de caballos por camionetas para llevar las barras de hielo más rápido y más lejos fracasó? porque no se dedicó a fabricar neveras eléctricas.

Pero me preocupa el caminar de la perrita. Lo que debería de ser un momento de imprescindible estabilidad vuelve a ser un circo. Otra vez los escándalos urbanísticos, los mamotretos que mal empiezan y peor acaban, las guerras municipales para controlar el suelo y el hormigón, que rima en consonante con comisión.

El pasado se olvida, pero nunca a los cinco minutos, excepto alzheimer o mala fe. En cuanto el Gobierno de la Nación dejó en manos de las Autonomías las medidas de protección contra la pandemia? los contagios han vuelto a dispararse. Y eso que ponerse una mascarilla es mucho más fácil que quitarse una ambición o controlar una soberbia.

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