La Provincia - Diario de Las Palmas

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Punto de vista

¿La carne está más sabrosa en verano?

Junto a lo romántico, muchas veces, maduran los frutos del infantilismo. Vivimos tiempos de sentimientos afectivos sin identidad. Creo que junto a muchos furores está la inmadurez que tuerce la cabeza al ver las cosas supremas. Es curioso (sonrío) le damos esperanza al corazón con canciones ñoñas y al tener el amor cerca no sabemos conservarlo. En realidad (opinión subjetiva) revestimos la realidad con algodones de azúcar y claro, luego pasa lo que pasa. A día de hoy somos el áspero repertorio que queja por todo y no aguanta nada. Proliferan los divorcios, las separaciones, y poco a poco, la soledad humana va tomando más cuerpo. En verano se ven claramente las proporciones de nuestros deseos y viendo lo que veo (sonrío) la mayoría solo piensa en "echar un polvo" y en el estúpido cortejo de antes de echarlo. Hay personas que solo se reconocen en la conquista y junto a ella palpan (nunca mejor dicho) la felicidad. El instinto es maravilloso, pero muchas veces, se convierte en un tirano buscando sus fines. Además, (sonrío) en julio y agosto se sirve del calor para llevarlos a cabo. La vida, muchas veces, resulta extraña, ponemos todo nuestro empeño en bobadas, y no diferenciamos lo puro de lo seductor. ¡ Qué infantiles! Sin embargo, somos muy rigurosos hablando de otros, y muy breves hablando de nosotros mismos. Toda palabra antes de llegar a ser expresión es pensamiento; sí, el mismo que junto a la acción busca un fin.

Es evidente que junto al calor se dilata todo y junto al sentir de lo cotidiano se impulsa todo tipo de contradicciones. Qué de interferencias mentales se suceden en verano, sin embargo, junto a lo instantáneo (por lo visto) somos más felices que junto a lo duradero. ¿ La carne está más sabrosa con el calor? Entonces pechugas y solomillos para todos. Junto a los rayos solares se reconocen mejor las alas de los pollos. Hay cosas que abren la mandíbula al reírse con ganas; ahora es buen momento. ¡Se ve cada cosa! Junto al descanso nos volvemos cómicos.

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