Querido amigo: cuando éramos pequeños solíamos jugar a contarnos al oído algo que luego se lo contabas al otro para que el otro se lo contara al siguiente, y cuando llegaba al último aquello no tenía nada que ver con lo que había dicho el primero.
Algo así es lo que pasa cuando los políticos nos hablan del coronavirus, que unos dicen que es muy grave y otros que no, y hasta hay quién dice que el virus no existe, sino que es un invento programado para saber cómo reacciona la gente.
El caso es que no hay quien nos diga lo que pasa con certeza porque, seguramente, ni ellos mismos lo saben. Y pasa como en el juego, que el primero le dice al oído al segundo que, por ejemplo, su hermana es muy fea para que se lo diga al tercero, pero resulta que el tercero no tiene hermana y dice que si la tuviera sería muy bonita, por lo que el siguiente va y dice que el anterior es hijo único y que su hermana sería muy bonita, total que el último le dice al primero que su hermana es muy bonita?, lo cual no es lo que dijo el primero sino todo lo contrario.
En lo que sí parece que todos están de acuerdo es respecto a la vacuna que, según dicen, es la única forma de acabar con la pandemia.
Pero aun así y a pesar de que se encuentre esa vacuna, la gente se va a seguir muriendo igual, Gregorio, porque no es cuestión de saber cómo se cura la enfermedad sino de hacer lo posible para evitarla. Y solo tienes que ver que, aunque todo el mundo sabe que el tabaco produce cáncer, sigue fumando, o que la grasa obstruye las arterias hasta producir un infarto pero cada vez se consume más comida basura con un alto contenido graso.
En 2018 murieron en España más de cien mil personas de cáncer y más de ciento veinte mil por enfermedades del sistema circulatorio, que junto a otras enfermedades suman un total de 427.000 fallecidos según el INE (Instituto Nacional de Estadística).
Dicen que no hay mal que cien años dure, pero si la epidemia sigue creciendo como hasta ahora, es posible que tengamos que acostumbrarnos a vivir con ella como una más de las enfermedades que nos matan habitualmente, Gregorio, pero que tampoco sería la más letal.
Así que, no podemos preocuparnos demasiado porque, de algo habrá que morirse. Pero tampoco vamos a darnos mucha prisa por más que nos empujen, o como ponía en aquel celebre cartel de "El Roto" en El País que decía: "Señores pensionistas: sean breves"
Bueno, eso es al menos lo que yo creo. Ahora tú se lo cuentas a quién quieras y ya verás como acaban diciendo que aquí no pasa nada?
Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.