Correos funciona con normalidad y eficacia, aunque no libre de colas y de guardar distancias. A diferencia del personal de otras administraciones que ni trabaja, ni teletrabaja (sobran ejemplos y consejerías, de cuyo nombre no quiero acordarme), los profesionales del servicio de Correos en la calle de Primero de Mayo están en sus puestos, detrás de mamparas y con hidrogel en el mostrador. El correo cumple. Hay vida más allá del e-mail.