Hace algunos días leí un tuit en la que alguien - un comunitty manager de esos -agradecía al PSOE el enorme esfuerzo que estaba realizando en contratación de profesores para las escuelas e institutos públicos. Adjuntaba una grafiquita donde Canarias, con 3.000 contrataciones, superaba a las demás comunidades autónomas, y el empleado digital, enmascarado detrás de un nombre no muy imaginativo, le daba las gracias a los socialistas, en un tono similar al que un súbdito de Luis XIV agradecía que Su Majestad tuviera la generosidad de compartir un pedo con su más humilde súbdito en un salón de Versalles Pero claro, eso es mentira. Lo del PSOE, no lo de Luis XIV. La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias no ha contratado a 3.000 profesores cuando falta poco más de una semana para que comience el año escolar. Román Rodríguez y Manuela Armas estuvieron jugando en varias comparecencias parlamentarias y ruedas de presa con las cifras. Hubiera sido preferible que reconocieran la verdad: no disponen de recursos económicos para la contratación de 3.000 docentes. Pero no. Han preferido mentir y bacilarse de padres y alumnos. Porque a ver si se empieza hablar claro en un asunto tan delicado y trascendental como este que puede afectarnos durante muchos años: ustedes, Rodríguez y Armas, se han dedicado a tratar como una turba de oligofrénicos a la comunidad educativa y, en especial, a los padres de los alumnos. Esos 3.000 profesores deberían estar contratados desde finales de junio, asignados racionalmente a los centros, conocidos por quienes serán sus equipos directivos. Si ustedes, desde el presidente Ángel Víctor Torres hasta el último director general de este Ejecutivo tan satisfecho de sí mismo, son incapaces de reforzar suficientemente los servicios de atención primaria y el sistema sanitario en general en medio de una pandemia universal difícilmente controlable, si ustedes son incapaces de contratar 3.000 profesores, durante un año, cojan la puerta de una vez. Está muy bien irse a La Palma, subir al monte y dar ruedas de prensa sobre un incendio terrible y sobrecogedor. Pero usted, señor Torres, no es quien diseña ni dirige el operativo que tiene como objetivo limitar, controlar y, luego, apagar el incendio. En cambio es usted, y no otra persona, no un guardia forestal por poner un ejemplo comprensible hasta para sus asesores áulicos, quien debe garantizar la contratación de esos 3.000 profesores durante el próximo curso académico. Soy sin duda parte de una minoría al que tanta presencia berroqueña, tantas ruedas de prensa, tantas fotos y reportajes, tanta danza del fuego del empático piel roja, ya se nos ha vuelto estomagante.

Y no es únicamente el asunto de las contrataciones fallidad. Una diputada de la mayoría parlamentaria que sustenta al Gobierno de Torres, Esther González, una dirigente responsable de NC, ha advertido que más de 39.000 menores se pueden quedar sin transporte escolar este malhadado curso, pues el contrato correspondiente con las empresas de transportes finaliza el próximo día 31. Una herencia que ha recibido la señora Armas, pero no de Coalición Canaria, sino de su antecesora, María José Guerra Palmero, que no se ocupó de expediente tan insignificante. Con lo único que se cuenta para la próxima semana es con un protocolo sanitario en los centros escolares. Lo demás (programática, logística, organizativa o laboralmente) es silencio y un desprecio asombroso, nauseabundo y suicida por el futuro de nuestros hijos, es decir, por el futuro de este país.