La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Artículos de broma

Esclerosis horaria

Ser español es vivir más tarde. Lo descubres cuando dejas el país y eres el último en desayunar y, sin salir de casa, cuando ves a los alemanes poniendo las toallas en las hamacas de la playa cuando aún estás quitándote las legañas en el cuarto de baño. El español distingue el día de la noche como el maniqueo el bien del mal y obedece los preceptos de uno y otra incluso en verano cuando no impera el horario de trabajo. Vivir tarde y distinguir tajantemente el día de la noche causan nuestra esclerosis horaria.

El horario nos determina tanto que el verano del Covid ha perjudicado al ocio nocturno español. La administración ha diagnosticado que lo que se hace dentro de los locales de ocio nocturno beneficia más al coronavirus que a la sociedad y los empresarios del ramo han estimado que las medidas de la administración les perjudican más a ellos que al coronavirus. A la hora de argumentar en favor de sus intereses, los empresarios nunca hablan de lo que sucede en sus locales, sino de la hora en que sucede. "No entendemos por qué el coronavirus es más perjudicial a las dos de la mañana que a la una", dicen y no les faltaría razón (ya que el Covid no tiene reloj) si el horario no rigiera rígidamente las costumbres del español cuando descansa.

El sector del ocio nocturno es consciente de que vende más nocturnidad que ocio. Explota el tiempo de la noche como el chiringuito el espacio de la playa. Lo que ofrece con la luna se sirve a pleno sol, pero sus clientes pagan por alcohol y música, pero compran nocturnidad, que es lo que cubre una forma de relacionarse con mayor proximidad y menos inhibición. Es momento de recordar que el ocio nocturno es una feliz consecuencia del invento de la electricidad y que en su corta historia no siempre se practicó tan de madrugada como ahora, cuando la hora de cierre que impone la administración coincide casi con la de apertura. A la administración le corresponde la tarea sanitaria, a las empresas y a sus clientes ajustar la oferta. Lo de las ayudas sí se puede negociar.

Compartir el artículo

stats