Yo envidio profundamente la capacidad creativa de algunos compañeros de profesión que han sabido recoger lo mejor de House of Card y de Manolo Vieira para construir un relato portentoso de la actualidad política canaria. ¿Quién ha propiciado, estimulado, casi materializado, por ejemplo, el nombramiento de Conrado Domínguez como director del Servicio Canario de Salud? Exactamente: CC. ¿Y cómo se ha obrado semejante portento con CC en la oposición y con medio duro de poder institucional en todo el archipiélago? Vaya usted a saber. Son tan pérfidos, los coalicioneros. El nombramiento está firmado por el presidente Ángel Víctor Torres, pero se trata obviamente de un caso de posesión diabólica. Mientras estampaba su rúbrica Torres giró la cabeza 360 grados y al acabar murmuró:

--Tarajalejo, Tarajalejo, Tarajalejo: el cabrito barrado no está muy lejos.

--Es obvio que lo ha poseído Barragán -apuntó Román Rodríguez ocultándose detrás de su abanico.

--Favor que nos hace, aunque con retraso - tosió Chano Franquis --. Yo es que he perdido la práctica.

¿Y por qué firma en todo caso? Verán, existe una conspiración. Le explicaré su intrahistoria. El novelista, es decir, el articulista, tiene una devanecimiento al descubrir que CC sufre una presencia político-electoral casi residual en Gran Canaria, donde los verdaderos adversarios del PSOE son Nueva Canarias y Unidos Podemos. Es una obviedad bastante patatera que conoce todo el mundo, pero el periodista de ficciones acaba de reparar en ella y transforma el dato ordinario y archisabido en un argumento decisivo: el PSOE grancanario quiere pactar y formar gobierno con CC. ¿Qué diablos tiene que ver eso con la designación de Domínguez y varios profesionales de su antiguo equipo? ¿Cómo va a estimular su rentré en el SCS un acercamiento político con CC? Para responder brevemente: nada y de ninguna manera. No existe absolutamente ninguna evidencia en ese sentido. Y la dirección federal del PSOE jamás autorizaría ahora un pacto que pasara por la expulsión de Podemos del Ejecutivo regional. Pero es absolutamente indiferente. Lo importante es que CC jamás salga del foco analítico y que se insista en su portentosa capacidad fumanchunesca para desestabilizar gobiernos y regresar al Gobierno gracias a aquelarres, pócimas, posesiones. Gracias a estos esfuerzos narrativos la evidencia de que Coalición lleve un año fuera del Gobierno debe ser sustituida por el relato de que lleva un año satánicamente dedicada a regresar a cualquier precio.

También es muy obvio que se prolonga y agrava una mala relación entre el PSOE tinerfeño y la dirección que controla Ángel Víctor Torres. Y la responsabilidad principal recae en una organización débil, desarticulada y huérfana de liderazgo, porque Pedro Martín no es un líder, sino un transeúnte, y en el Cabildo Insular está destacando como lo hace una mosca en la sopa: asombra encontrarlo ahí. La Laguna - es decir, Pedro Ramos y su alcalde, Luis Yeray Gutiérrez - están particularmente mosqueados. Siguen creyendo -como otros gerifaltes - que Torres contrajo una deuda infinita al ser apoyado para la Secretaria General. Y acaba de ser destituido Jesús Javier Plata como director del Instituto de Calidad Agroalimentaria. Hermano del subdelegado del Gobierno en Canarias -Juan Plata -era cuota lagunera. Pero estos detalle - este relato-no interesa porque no salen los purulentos tentáculos de CC.