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ANÁLISIS

Torres: un Gobierno incapaz y Tristón

La gestión del Gobierno de Canarias y de su Presidente desde el incendio de Gran Canaria hasta ahora ha estado envuelta en una espesa calima, en escasas ocasiones por causas naturales, las más, nubes de polvo mediáticos, de tal manera que quizás los mayores éxitos sean:

- La "sinceridad" con la que nos recuerda cotidianamente la profunda y dramática crisis en la que estamos envueltos.

- Los ligeros balbuceos con los que suplica ayuda al Gobierno de España, casi pidiendo permiso.

- Un permanente "estamos en ello", un pan sin levadura, que jamás toma volumen. Al contrario sólo desempolvan proyectos de antaño como el del tren. Sería interesante conocer qué elaboran, si existen equipos trabajando propuestas para proyectos europeos, más allá de rescatar algunos que difícilmente explican la necesaria diversificación económica.

- La incapacidad para resolver los problemas que afrontamos, aunque si se acude al corifeo mediático los "éxitos" son estruendosos hasta cuando lo más significativo de su labor como Presidente es la de ser alguien sencillo y llano, al igual que cientos de miles en esta isla y no son presidentes ni aspiran a ello.

- Dos consejeras cesadas y una restructuración del Gobierno de Canarias que no ha tenido la valentía de hacer con áreas como Agricultura, Justicia, Economía o Empleo a la deriva.

Gobierno de país

Canarias necesita con extrema urgencia un Gobierno y un Presidente de País, por el contrario tenemos un gobierno taciturno, perezoso e ineficaz que es incapaz de trazar una estrategia en ninguno de los ámbitos de su competencia. La estrategia de Torres es la esperar a que el Gobierno de España dictamine el modo en el que se ha de desarrollar casi todo, el comienzo de curso o, como ocurrió hace pocos días, establecer las medidas de prevención del Covid-19 veinticuatro horas antes de que lo haga el Estado e informado de antemano por el Gobierno de España. El Gobierno de España es la trinchera en la que se esconde.

En definitiva, no está capacitado este gobierno para trazar una estrategia propia para Canarias conforme a nuestra real situación. Su Presidente no ejerce liderazgo alguno, huye como auténtico escapista de defender nuestros intereses con la contundencia precisa.

En otras palabras, no tenemos un Presidente de Gobierno, tenemos un Delegado del Gobierno de España, un presentador de informativos, de una disciplina férrea con Madrid y cuya lealtad absoluta no parece estar con Canarias.

Torres: superávit de resignación

Basta como ejemplos estos. Canarias tiene como remanente de Cabildos y Ayuntamientos 3.400 millones de euros. Restando las cantidades de los Cabildos que se sujetan a otro modalidad en el acuerdo, según las fuentes consultadas en torno a 715. Otros 2.685 millones de euros pertenecen a los ayuntamientos canarios que para recibir 939 millones en dos años de sus propio superávit deberán prestar por quince años al Estado español 1.770 millones.

En resumen, prestamos 1.770 millones de euros para poder gastar en dos años 939 millones también nuestros, además de la limosnera compensación de los Cabildos, mientras Torres celebra 42 millones para el empleo como si fuera el Plan Marshall, siendo la misma cantidad, 42 millones, que se acordó en 2017 con el gobierno del PP sin la situación crítica que ahora viven las islas ¿Dónde está reflejada en esa cantidad la actual situación?

¿Plan de reactivación o hibernación?

Silencio casi absoluto del Presidente acerca del reparto de los remanentes que correspondena ayuntamientos y cabildos canarios; lamentos tibios sobre los controles en los aeropuertos; lloriqueos por la realización de PCR a los visitantes; algarabía y satisfacción por un PIEC cuya cuantía es similar a la de 2017; tímida y casi inexistente reclamación de las aguas canarias; la lista podría continuar pero baste con esto.

Sin embarg,o no es lo más grave. Este Presidente ha convocado a los agentes sociales para elaborar un proyecto a partir de unas líneas generales, más que un Plan de Reactivación parece la declaración de principios del Congreso de un partido extraparlamentario, medidas sin apoyo alguno como soporte financiero. Mientras, un reparto disparatado de los departamentos para contentar a todos distribuye en tres consejerías la inexistente política económica del Gobierno: Economía (PSOE), Hacienda (NC) y Turismo, Industria y Comercio (ASG), más una especie de mando único (Viceconsejería de la Presidencia) que debilita cualquier Plan.

Tras el confinamiento han pasado cuatro meses y el Plan de Reactivación no va más allá de presentaciones en PowerPoint por el hombre llamado a controlar a Román Rodríguez y a Casimiro Curbelo en lo económico y mediático, el viceconsejero de Presidencia, Antonio Olivera, estrecho colaborador en el pasado de algún dirigente empresarial, lobista conocido; por cierto, Elena Mañez la Consejera de Economía, otra convidada de piedra en una estructura gubernamental de tribus socialistas. El Plan de Reactivación es una simple estrategia de distracción en ausencia de recursos y, lo más importante de nulo modelo diversificado de Canarias.

Pero no sólo es un problema de calidad y determinación del Gobierno, también de las organizaciones empresariales y sindicales, también de una oposición sin nervio, plegada y también sin liderazgo, de vacaciones, con sus principales dirigentes ausentes de los debates y de las decisiones que nos afectan a todos.

Para concluir una de las aportaciones de los agentes sociales, UGT, la más amplia de las que presentaron en la segunda reunión, es la siguiente:

Recordando el mantenimiento de las siguientes partidas de:

-La Ley de Participación Institucional para las confederaciones empresariales y sindicatos más representativos por un importe de 1,8 millones de euros.

-Prevención de Riesgos Laborales por un importe de 2 millones de euros para el cumplimiento de la Estrategia Canaria de Salud Laboral e Higiene en el Trabajo.

- Gabinetes de Igualdad ys Gabinetes de implantación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en empresas y políticas de igualdad dotado de 800.000 euros .

- La capacitación para el diálogo social y la negociación colectiva para las confederaciones empresariales y los sindicatos más representativos de Canarias por un importe de 600.000 euros.

Resumiendo, 5,2 millones de silencios. Es lógico entender que el resto de agentes lo suscriba. No merece comentario alguno.

El Pacto de las Flores se marchita. No esperen nada de este gobierno por delegación, es urgente que la sociedad civil tome el liderazgo, pero de momento, hasta que esto no ocurra, deberán escuchar a Tristón, que repite una y otra vez:

"¡Oh cielos, Pedro, qué horror!

Chema Hernández Aguiar. Profesor y escritor.

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