Grupos burbujas de jabón, para lavarse las manos

Cuando la periodista Teresa Artiles le preguntó a la Consejera de Educación, Universidades, Cultura y Deportes, Manuela Armas: "La decisión es de Sanidad, pero ¿confía en que no se cierren colegios aunque haya contagios?". Imagínense que yo, por un momento, pensé que le iba a contestar: No, yo confío en que si hay contagios los colegios se cierren. Pero fíjate por donde que su contestación fue: "Sí, una de las ventajas de las burbujas es que el resto de los alumnos no se vean afectados si hay un positivo en una clase determinada. El protocolo se llevará a cabo, el rastreo. Sanidad seguramente aislará al grupo 14 días, se mirará a la familia?"

Voy a poner un ejemplito, que con mi alumnado siempre me viene muy bien para entendernos cuando hay alguna duda. Yo en clase empezaría diciendo: "miren mis niños los grupos burbuja no existen, eso es una leyenda urbana. Vamos con ustedes, un grupo de 3º de ESO y hemos tenido mucha suerte porque de las 12 asignaturas que tienen que cursar, coincide todo el grupo en seis de ellas, pero aquí se acabó la burbuja, porque el grupo se desdobla y se mezcla con los otros terceros de la ESO cuando llega la hora de Religión o Valores éticos, cuando unos van a Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales y otros a Matemáticas Académicas, cuando unos tienen como Segunda lengua extranjera Alemán y otros Francés y por fin para terminar de mezclar cuando unos tienen Iniciativa a la Actividad Empredora y Empresarial, otros Música y otros Tecnología".

Y fíjense que para no liar más las cosas, no les voy a hablar del transporte escolar, de la cafetería, de los baños, ni de los recreos. Ni se me ocurre explicarles esto con 4º de ESO donde la optatividad de áreas es aún mayor. Pero sí les voy a decir que yo como profesora de un instituto en una mañana estaré con cuatro o cinco grupos diferentes, es decir, aproximadamente con unos 100- 125 alumnos/as diferentes.

Dice la Consejera que los centros educativos no son lugares distintos al resto si hay un caso sospechoso o un contagio. Pues debe de ser para todo, menos para el aforo permitido, pues mientras día a día nos indican que no podemos reunirnos más de 10 personas, en los centros de enseñanza, primero ibamos a tener 15 alumnos/as por aula, luego 20 y ya vamos por 25, eso sí con permiso de las autoridades sanitarias.

Profesorado invulnerable

De las 5.020 solicitudes de revisión que se enviaron, cuando indicaron al profesorado que informara si se encontraba entre la población de riesgo, se han mirado 5.000, debe ser que los 20 que faltan están todos en mi centro, pero tranquilos que de 5.000 mirados sólo hay 26 docentes delicados, el resto con mantener distancia y llevar un EPI especial (que se pagará el profe), estará a salvo.

Presencialidad caiga quien caiga

Ojalá la Consejería de Educación durante estos 26 años que llevo ejerciendo hubiera mostrado la mitad de interés por la educación presencial del alumnado. Seguramente si así hubiera sido, no hubieran hecho los recortes que han hecho: disminución en el número de docentes, cierre de centros educativos, disminución de la atención a la diversidad, disminución de la posibilidad de elección de materias en Bachillerato porque no habían alumnado suficiente, recorte de ciclos formativos presenciales apostando por la semipresencialidad y la educación on line.

Yo desde luego, he apostado siempre por la presencialidad y la apertura de los centros y ahora también, pero no en estas condiciones.

Si durante estos meses se hubieran planificado y llevado a cabo los cambios necesarios en los centros de enseñanza, se hubieran buscado lugares alternativos para atender al alumnado en grupos de 15 personas, evidentemente contratando el profesorado necesario para realizar estos desdobles, seguramente la vuelta al cole sería muchísimo más segura.

Si para niveles superiores a la Educación Secundaria Obligatoria se hubieran buscado alternativas para si cuando llegara septiembre, el número de contagios no aconsejaba la apertura de los centros, si se hubiera formado al profesorado y al alumnado en el uso de una plataforma común de trabajo y subsanado las deficiencias, que el profesorado viene señalando desde hace cinco meses, seguramente la vuelta al cole sería muchísimo más segura.

Pero señora Consejera este no es el caso, y lo peor de todo es que usted lo sabe.