Sucedió hace poco en una empresa catalana. El jefe de recursos humanos o el de personal, no sé, quizá el segurata del edificio, un tipo cualquiera, en fin, reunió a los aspirantes a un puesto de trabajo en una habitación. Blandió un billete de cincuenta euros y lo arrojó al aire diciendo que quien se hiciera con él conseguiría el puesto. El billete, de otro lado, sería su primer sueldo o parte del primer sueldo. Una de las aspirantes se lesionó en la batalla y puso una denuncia. De otro modo, ni siquiera nos habríamos enterado. Se pregunta uno cuántas barbaridades se estarán perpetrando ahí fuera, o ahí dentro, sin que seamos conscientes de ellas. Otra consecuencia más, en última instancia, de la Reforma Laboral.

Si le preguntas a un experto, te dirá que la empresa en cuestión pretendía calibrar la competitividad de los aspirantes. Es posible, aunque, dada la perversidad de la prueba, es más probable que quienes la idearon buscaran un modo extravagante de excitación venérea. En El Lobo de Wall Street, la película de Scorsese sobre las nuevas formas de capitalismo, el empresario y sus amigos se entretenían lanzando enanos sobre una diana, lo que les provocaba una fogosidad adolescente. No sé si por caridad, o porque las leyes estadounidenses así lo exigen, los enanos llevaban casco. Una limitación para la juerga: lo lógico es que si no podían romperse el cuello al caer o al chocar contra la diana, el ardor decreciese varios puntos.

En el caso de la empresa catalana, los aspirantes al puesto de trabajo actuaban sin casco, sin rodilleras, sin protección para los tobillos o los codos. Parece una salvajada:

- Pero es que aquí el paro es mayor que en EE UU y los riesgos han de ser proporcionales.

Es un argumento. Si ya hay gente que paga por un puesto de trabajo, ¿por qué no va a haber gente a la que peguen por ir a la oficina? A todo esto, y gracias a seleccionadores de personal implacables, la macroeconomía empieza a dar signos de recuperación. Estamos construyendo un mundo realmente excitante, un mundo ejemplar. Cuéntenles a sus hijos lo de esta empresa catalana. Para que lleven casco a las entrevistas de trabajo.