En pleno proceso de elección de candidato de Coalición Canaria se filtra a diferentes medios una encuesta preelectoral. Nadie sabe quién la paga. Aunque esa victoria de Coalición Canaria en número de escaños (18 frente a los 15 del PP, los 14 del PSOE, los 7 de Podemos y los 6 de Nueva Canarias) le viene muy bien a Paulino Rivero para decirles a los suyos: "aquí estoy yo, puedo salvar el barco y seguir de Mencey a pesar de la sangría de votos".

El castigo al tripartito canario (según esa encuesta PP, CC y PSOE perderían 177.071 entre los tres) ha provocado que los dirigentes de estos tres partidos hayan reaccionado de forma muy parecida. Los tres confían en remontar resultados, los tres achacan la irrupción de Podemos (entraría con siete escaños y 110.000 votos) a una especie de fiebre que tienen los electores producto del cabreo que producen los recortes, pero como están apareciendo brotes verdes y raíces frondosas ese encochinamiento irá desapareciendo los próximos meses y bajará la fiebre y las cosas volverán a su sitio. "Creo que en unos meses todo volverá a la normalidad y perderá fuerza Podemos" declaró en la SER el diputado del PP Manuel Fernández.

Esa es la idea que está en los partidos del sistema, la normalidad. No puede ser que en "nuestro Parlamento" se cuelen los "antisistema", "neocomunistas", "violentos", "bolivarianos"? por utilizar algunos de los términos que hemos oído en boca de dirigentes del PP, PSOE o Coalición Canaria. Así es el lenguaje político de estos pregoneros de la democracia. Promover beneficios fiscales a los delincuentes de cuello blanco como han hecho los gobiernos del PSOE y el PP con sus amnistías fiscales, eso no es antisistema. Indultar a banqueros golfos, policías torturadores o políticos corruptos como han hecho gobiernos de González, Aznar, Zapatero y Rajoy no es antisistema. Mantener los gastos militares mientras se recortan los presupuestos sociales no es ser antisistema. Los antisistema son los que proponen cambios tan sencillos como: suprimir los paraísos fiscales, que los que tienen más paguen más, que la soberanía se respete, que los gobiernos tengan que cumplir su programa electoral en lugar de "el deber" de las órdenes de los mercados financieros.

Estamos ante una guerra contra los infieles. Hagamos un ejercicio de memoria. Dieciocho de junio de 2014. En el salón de columnas del Palacio Real Juan Carlos de Borbón firmaba su abdicación. Justo detrás de la mesa había una escultura del emperador Carlos V de España y el furor. Se trata de una escultura en la que se ve al rey que pisa el cuerpo de un infiel encadenado. Cuando se produjo una reunión en Madrid entre representantes de Israel y del pueblo palestino, los organizadores del encuentro internacional decidieron esconder esta figura, porque se consideraba políticamente incorrecto lucir a un rey que domina a los infieles. Quedaba muy antiguo. Sin embargo, la abdicación de Juan Carlos I se produjo con esa figura de fondo. Días después el nuevo rey Felipe V pronunció un discurso en el que proclamó "aquí cabemos todos", y mientras leía el discurso la policía detenía en la calle a cualquier ciudada-no que llevara una bandera re-publicana.

Estos días hemos visto que los actuales portavoces políticos consideran que aquí no cabemos todos. Pero más allá de esos discursos contra los "antisistema", esas lecturas de la encuesta que dicen "en unos meses todo vol-verá a la normalidad" de gente que entiende que lo normal es votar siempre a los mismos aunque incumplan sus programas electorales. Frente a tanto análisis simplón yo creo que quien debería explicar la encuesta es Íker Jiménez en su programa Cuarto Milenio. Porque, por poner un ejemplo, en la isla de Tenerife ha desaparecido una fuerza política que tiene dos concejales en la capital, un edil en La Laguna, que gobierna en un municipio, tiene concejales en unos cuantos más y obtuvo 15.460 votos en las últimas elecciones autonómicas. Les hablo de Alternativa Sí se Puede Tenerife. Ese partido no aparece en la encuesta. Sin embargo, la suma de los votos en Tenerife de los que obtienen representación llega al 86,27%, hay más de un 14% que no se adjudica a ninguna sigla. A lo mejor el desconocido patrocinador de esta encuesta pidió que en la cocina de los sondeos eliminaran a los infieles de Sí se puede. Que venga Íker Jiménez y nos lo explique.